LOS OJOS QUE EMBRUJAN
Capitulo 6
Mi Enfermero Personal
Las clases
transcurrían normales y yo no paraba de ‘chatear’ vía sms con Rei, uno a uno se
me iban los minutos.
-¿Me prestas los apuntes
de Matemáticas?- Me pregunto uno de los chicos.
-Vale...- No sacaba
mi mirada de la pantalla de mi celular ni un segundo.
-¿Dónde están?- Me
pregunto de nuevo.
-Segundo bolsillo-
Seguí ‘chateando’ con Rei. Las horas pasaban y yo seguía mi conversación vía
‘sms’ con mi chico. Se me veía sonreír una y otra vez, Alexy se dio cuenta y se
me acerco.
-Es él ¿verdad?- Me
susurro al oído.
-Tú sabes- Le dije
mientras me alejaba del grupo –Nos vemos luego chicos, voy a dar una vuelta-
Los salude de lejos mientras corría a Rei quien estaba sentado en la moto
esperándome.
-Tardaste mucho- Me
dijo dándome el casco.
-No digas eso-
Trataba de ser lo más varonil posible, aun estábamos en territorio escolar.
-¿Nos vamos?- Me
pregunto poniéndose su casco.
-Vamos entonces- Me
subí detrás suyo y me sostuve del ‘parrillero’, no podían verme abrazarlo si
ambos éramos chicos. Puse mi mirada en Lysandro y esa mirada tan seria se
estaba clavando sobre Rei, casi podía despedazarlo con los ojos, disimule
cuando Rei encendió su moto y partimos; dos cuadras más tarde ya lo estaba
abrazando. Condujo unos minutos más que parecían no terminar nunca; se
estaciono en su casa.
-Ya llegamos,
entremos primero aquí antes de presentarte a mis amigos ¿vale?- Se notaba un
poco incomodo. Pase y justo en la sala de estar me cogió la mano haciéndome
volver a estar cerca suyo -¿Puedo pedirte un favor?- Me miro a los ojos al
hacerme esa pregunta.
-Por supuesto-
Estaba embobada con sus ojos azules.
-Quisiera que vistas
como una chica cuando estamos juntos, porque... sentía que estaba con un
muchacho anoche y fue algo raro- Eso era lo que le incomodaba.
-Podría, pero... no
quiero, no quiero recordar lo que paso, no de nuevo- Él debía entender porque
vestía así.
-Vale, no pasa
nada... me acostumbrare entonces- Me contesto sosteniéndome el rostro entre sus
manos –Te quiero- Se me acerco, yo... yo enmudecí, siempre callaba al tenerlo
así de cerca -¿Recuerdas nuestro primer beso?- Me beso la punta de la nariz y
mi rostro comenzó a arder, aunque no podía decirle nada, mis ojos hablaban por
mi –Repitámoslo- Acerco sus labios a los míos y les tomo en posesión, cerré mis
ojos y le correspondí; lento y suave como la primera vez, dulce y cargado de
deseo como ese primer instante en donde me dijo que le gustaba. Recordé tantos
momentos lindos, momentos en donde el recuerdo de mi hermano intervino y mis
lágrimas no pidieron permiso en aparecerse, recorrieron mis mejillas y mojaron
sus dedos que me acariciaban dulcemente, lentamente separo sus labios de los
míos –No llores, por favor- Comenzó a secar mis lagrimas con esa ternura que
era propia de él, cuanto amaba a ese chico -¿Por qué lloras?- Me pregunto
mientras calmaba mi tristeza.
-Mi hermano...- No
podía decir nada más que ese par de palabras.
-Mírame- Me guio la
vista a sus ojos, ese par de hermosos ojos azules que me seducían –No voy a
dejarte sola, jamás voy a dejarte; no llores mas, recuerda que él nunca quiso
que llorases- Me dio un beso para luego abrazarme, le correspondí mientras
ocultaba mi rostro en su pecho; quería controlar mis lagrimas, pero, no podía.
No sé por qué, pero, me cargo y antes de poder pedirle que me bajara, me dejo
en su cama sin dejar de abrazarme; nos quedamos así unos largos minutos hasta
que logre mantener la calma –Ya, no llores, no me gusta que te entristezcas- Me
dio otro beso, Dios, ya quería que me quitase la ropa e hiciéramos lo mismo de
la noche anterior.
-Va-vale-
Tartamudeaba cuando estaba nerviosa y honestamente, tenerlo así me subía los
nervios al máximo.
-Qué bonita eres-
Eso me hizo sonreír. –Como me encanta cuando sonríes, me haces tan feliz con
solo verte- Me beso, mas y mas intenso y... no sé en qué momento paso, pero, ya
estábamos a mitad de ‘ya saben que’, sobre su cama. La puerta sonó y me tapo la
boca, como yo estaba estilo ‘cachorrita’ sobre su cama y él sobre mi cuerpo, se
le hizo muy fácil taparme la boca –No hagas ruido- Escuchar su voz cargada de
lujuria en mi oído era demasiado para mí; su otra mano se poso en la mía y cruzo
sus dedos con los míos, yo apretaba sus sabanas resistiendo a no hacer ruido
cuando se movía dentro de mí. -¿No te duele?- Me pregunto evitando hacer ruido,
sus hormonas tan descontroladas como las mías.
-...- Negué con la
cabeza, no quería acabar ese momento con él, no quería que terminara. Se
recostó de mi espalda y pasaba su mano por mi vientre; sus caricias sin igual,
en mi piel como ninguno. Nadie me hacía sentir así, solo él. Tantas sensaciones
mágicas que hacia despertar en mi, su piel era única, sus besos como nunca y
todo él era perfecto. Lentamente comencé a sentir algo húmedo dentro de mí y me
tapo la boca con más fuerza, casi estaba por gritar en un frenesí de hormonas.
Mas apretaba las sabanas, mas susurros dulces a mi oído, cuanto lo amaba.
...
5:35pm
Estaba en mi cuarto
de la residencia y no paraba de pensar en Rei, en cómo me había hecho sentir,
en todo, en cuando casi entraron a su cuarto y nos encontraron a mitad de ‘ya
saben qué’.
La puerta se abrió y
me asome en la barandilla, el albino entraba al cuarto.
-Hola Lysandro- Le
salude con una sonrisa, como siempre.
-Oh... hola Mark- Me
respondió sin mucho interés.
-¿Estas molesto?- Estúpidamente
le pregunte y me miro frunciendo levemente el ceño antes de irse a la ducha
–Uy, que susceptible- Baje las escaleras para irme a ver a Alexy. Salí del
cuarto un poco indecisa, camine por el pasillo y abrí la puerta del cuarto de
Alexy y Armin.
-Únete al juego
Mark- Alexy me jalo del brazo y me dio un mando.
-¿Juegas a los
juegos de shooter?- Me pregunto Armin mientras equipaba a su jugador.
-Un poco- Respondí
insegura.
-No importa, serás
parte del equipo- Me abrazo Alexy emocionado.
…
De nuevo estaba en
mi cama pensando en que cosas habían pasado durante el dia, Lysandro estaba
abajo escribiendo o eso creo que hacía. Me quite los cascos para ver si aun
estaba en la habitación.
-¿Todavía estas
aquí?- Le pregunte sin moverme de la cama.
-...- No me
respondió.
-Oye ¿Estás aquí?-
Le pregunte de nuevo.
-...- Sin
respuestas, me harte y salí de mi cama, baje las escaleras mi para mi sorpresa
no estaba en la habitación. Revisé el lugar pero él no estaba ahí, salí del
cuarto para saber en donde se encontraba. Camine por el pasillo hasta que una
voz me saco de mi búsqueda.
-¡Mark debes venir
conmigo!- Me gire y Alexy me cogió el brazo llevándome consigo al patio del
colegio.
-¿De qué hablas?- Le
pregunte y antes de que me diera la respuesta vi a quien buscaba, con la misma
‘Loli’ del otro dia.
-Oh... esto no
estaba así... hace... un momento- Decía entre cortadamente Alexy, sentí su
mirada sobre mí, pero, no podía gesticular una palabra... lo que veía no era
algo que esperaba ver. Me gire dispuesta a irme -¿Estás bien?- Me pregunto
Alexy.
-Si... estoy bien-
Ni sabia con exactitud como me sentía, me dispuse a caminar, pero, termine
corriendo y saliendo del colegio; corrí por la acera buscando la forma de
alejarme del instituto a como diera lugar. No había una razón lógica de que
hubiera hecho lo que hizo, no era su ética, no era de él jugar así, de Castiel
podía esperarse, pero, no de Lysandro... ese no era él, eran sus celos. Seguí
corriendo hasta que me detuve en el mismo bar donde me había llevado Rei, mire
la puerta y después de pensarlo mucho decidí abrirla; todos ahí me vieron un
poco ‘raro’, me sentí incomoda con cada paso que daba.
-¿Qué haces aquí?-
Me pregunto uno de los que estaban en la barra.
-... B-busco a
alguien- Mátenme, esa es la respuesta más idiota del mundo.
-Y ese alguien es
Rei ¿verdad, niño?- Me respondió el mismo muchacho de la barra.
-...- Asentí con la
cabeza; aquel ambiente era un poco aterrador.
-Si lo buscas, aquí
no lo encontraras... además ¿No eres tu su amigo?, ese que tiene una hermana
gemela- Bien, este se había tragado el cuento de que era un chico.
-Aja, ¿Por qué lo
preguntas?- Creo que no debí de responder tan ‘Castiel’ en ese momento.
-Pregunto lo que
quiero y tu respondes ¿entendido?- Me intentaba intimidar, pero, mi hermano
jamás se dejaba intimidar así que estúpidamente decidí responder.
-Tú no eres quien
para decirme que...-Sí, de un puñetazo en la nariz me tumbo al piso, eso no lo
vi venir y me desoriento por completo.
-Así aprenderás a
respetar, niñito- Se burlo de mí y escupió al piso, me contuve el dolor y me
puse de pie.
-A eso le llamas
golpear, idiota- Use el mismo tono burlón de Castiel y esa mirada ‘asesina’ que
me dirigió me hizo saber que ese sería mi fin, pero, gracias a todo lo
existente Rei entro por la puerta y detuvo al chico de que ejecutara mi
prematuro fin.
-¡Detente de una
vez!- Era la voz de Rei y me gire, jamás había agradecido tanto su presencia –Si
te atreves a tocarla de nuevo, no la cuentas- Mi salvador, agradecí su intervención
como nunca había agradecido algo.
-Espera... ¿Tocarla?
¿Acaso es una chica?- Oh Dios mío, esto se ponía cada vez peor. Mi ‘agresor’ me
miro y se llevo ambas manos a la cara.
-Esto es una broma
¿cierto?- Nos miro a ambos –Dios... pudiste decirme que no eras Mark- No sabía
que decir y Rei me miro acusándome con sus ojos.
-¿Qué?- Me hice la
desentendida.
-No la toques o te
juro que hasta aquí llegaste; ella es su gemela- Rei comprendió el GRAN
malentendido.
-Perdóname ¿sí?- El
que me había pegado, me miro apenado.
-Vale, not problem-
Le dije con un falso acento ingles.
-Ven...- Rei me puso
ambas manos en los hombros –Necesito curarte eso- Me dio un beso en el cuello
antes de fulminar al otro con la mirada, nos giramos y me llevo hasta una
puerta; la abrió y entramos, había una cama y... honestamente, pensé en que lo hiciésemos
de nuevo.
-¿Cómo te sientes?-
Me pregunto mientras comenzaba a curarme el ‘golpe’ de la nariz.
-Bi... ¡ay!- Me
queje cuando presiono el algodón contra mi nariz a fin de secarme la sangre
producto del golpe.
-Lo siento- Se
disculpo y comenzó a hacerlo más suave, una de sus manos se abrió paso tras la
cremallera de mis bermudas cuando mi atención estaba en sus ojos; sus dedos me
rozaron y deje salir un mínimo sonido de mi boca sin darme cuenta. Él me miro y
dejo el algodón en la repisa, cogió algo que parecía una ‘pomada’ entre sus
dedos y comenzó a esparcirlo lentamente en mi nariz al ritmo de sus caricias en
mi ‘zona prohibida’, era una forma rara de curarme, pero, era agradable... su ‘cura’
paso de eso a algo más, pero, se los contare en las paginas siguientes de mi
diario jajaja
Ojala les haya gustado
Saludillos
Y... No se olviden de comentar, su opinion es muy importante para mi ;3;
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