Reflejos; Capitulo 4.

 

REFLEJOS

 

 

 

 

 

 

 

Capitulo 4

El auto negro

Narra Castiel

Aun no despierta, con esa carita de ángel que me atrapo desde el primer instante en el cual la vi... con esos ojos que me mienten con cada: Estoy bien.

 

Con una doble vida, aparentando ser alguien que no es... ja, es como verme en un espejo, es tan similar a como soy y a la vez tan distinta.

-No despiertes todavía- Se me iban las palabras mientras pasaba mis dedos por su espalda, esa piel tan seductora y a la que caía una y otra vez, cuando mas deseaba que su sueño continuase un poco mas... ella despertó cruzándome la mirada. Ese par de ojos grises que con inocencia me veían.

-¿Qué tanto me miras?- Frunció un poco el ceño al preguntar.

-...- No le respondí, no podía decirle la razón... así era yo, evitaba a toda costa decir lo que sentía; no me importaba si los que me rodean salían lastimados, heridos o corrían con un mal... solo me importa mi bien, el resto, no vale nada para mí.

-Parece que nunca has visto una chica en su traje de ‘Eva’- Me dijo mientras se sentaba y cogía la camiseta para ponérsela y cubrirse un poco.

 

Narración en tercera persona

Cassy se bajo de la cama y se detuvo en la puerta, recostándose del marco, con su mirada puesta en el muchacho que aun estaba en la cama.

-¿Me llevas a mi depa?- Le pregunto la pelirroja.

-Vale- Le respondió sin ganas y ella terminó de salir.

...

-¿No podías quedarte un poco más?- Le pregunto Castiel a Cassy mientras manejaba.

-Tengo una vida, necesito mi espacio ¿sabes?- Le respondió un tanto cortante la muchacha.

-...- Él guardo silencio –Que pesada eres- Pensó y acelero, ella lo abrazo con más fuerza para no caer... o, para sentir seguridad.

Al llegar freno bruscamente en la acera.

 

-Ya llegamos, baja- Le dijo serio el pelirrojo.

-Ay, pero que susceptible estas- Le contesto ella molesta.

-Adiós- Se despidió un tanto borde y acelero partiendo a gran velocidad del lugar.

-Argh, inmaduro- Abrió la puerta y entrando la cerro de un azote. –Ojala se te vayan los frenos y choques con algún auto- Exclamo molesta la chica mientras se encaminaba a su habitación.

Castiel manejaba a toda velocidad y la lluvia se hacía presente con un frenesí de gotas descontroladas que mojaban todo cuanto alcanzaban.

-Estúpida lluvia- Dijo el pelirrojo cogiendo la primera curva que lo encaminaba a la avenida previa a su departamento. Un auto negro apareció de la nada encontrándoselo de frente y... el rechinido de los neumáticos de su moto fue lo que corto el sonido de la lluvia torrencial que caía del cielo; ese impacto del auto contra la moto de Castiel fue lo que hizo que las personas comenzasen a salir de sus viviendas y de los establecimientos que por esa avenida estaban.

...

-Cassy ¿te peleaste con Castiel?- Le dice Rosalya muy de prisa cuando la pelirroja abrió la puerta.

-¿A qué viene eso?- Le pregunta Cassy sin saber lo que había pasado.

-Responde ¿Se pelearon o no?- Le insistía de nuevo.

-...- Cassy se quedo unos segundos pensando en lo último que dijo  estando molesta por la partida tan ‘rápida’ del pelirrojo. “Ojala se te vayan los frenos y choques con algún auto”. Esas palabras resonaban en su cabeza.

-Cassy, Cassy responde ¿Qué paso aquí antes de que se fuera?- Le preguntaba Rosa con preocupación.

-Rosa... Dime ¿Qué paso?- Le pregunto con el rostro en estado neutro, ni un mínimo arqueamiento de sus cejas, solo una mirada vacía.

-Perdió los frenos cuando cruzaba una esquina- Le soltó las palabras –Lo siento- Agrego un poco triste -¿Está bien?- Le pregunto al verle la mirada ida.

-Sí, estoy bien- Dio un par de pasos hacia atrás y cerró la puerta sin decir nada más. Camino aun en estado de shock hasta la cocina y fue ahí en donde la situación que sucedía la estremeció en su totalidad, pero, no lloro, ni una lagrima, solo un par de mínimas palabras –Siento lo que dije...- Se le escaparon de los labios las palabras como las gotas de lluvia de las nubes.

...

-Enfermera, mantenga al paciente anestesiado y en constante observación- Le dice el doctor al sacar al muchacho del quirófano.

-Si señor- Le responde la enfermera.

-Y, notifíquele a la familia- Son sus últimas palabras mientras sale por la puerta de la habitación.

-Entendido- Le contesta ella y comienza a buscar direcciones o números de teléfono en la cartera del bolsillo trasero del pantalón que traía el joven al momento del accidente. El sonido del móvil la hizo encontrarlo en el bolsillo delantero y al sacarlo leyó la pantalla –Cassy :3- Era lo que se leía y acepto la llamada entrante –Bueno- Contesto la enfermera.

-¿Dónde está Castiel?- Le pregunta la voz de una jovencita.

-En el hospital Central ¿es usted familiar de él?- Pregunta la enfermera.

-...- La llamada se corto luego del sonido de los neumáticos friccionar contra el pavimento.

En minutos, una motorizada llego a la entrada del hospital, estaciono y se bajo de la moto después de asegurarla a uno de los barrotes del estacionamiento. Se echó el cabello para atrás entrando por la puerta de doble puerta del hospital dirigiéndose a la ‘recepción’.

-Disculpe ¿Cuál es la habitación de Castiel Rens?- Pregunto la muchacha sin dar rodeos.

-¿Usted es familiar?- Le pregunta la recepcionista.

-Aja, ¿Cuál es la habitación?- Pregunto de nuevo la chica.

-En el tercer piso, cuarto 334, señorita- Le respondió la joven con la bata blanca.

-Gracias- Le dijo la motorizada y corrió por el pasillo subiendo las escaleras con rapidez; corrió por el pasillo hasta llegar a la habitación, se detuvo unos segundos para recuperar el aliento.

Respiro hondo y giro la manija, empujo levemente y lo primero que capto su atención fue el muchacho cubierto de vendajes y un par de tubos que entraban por su boca, los diferentes aparatos y cables que monitoreaban su estado... pero, antes de poder dar un paso más, la enfermera la detuvo.

-Señorita, usted no puede estar aquí- Le intento sacar de la habitación.

-Lo conozco- Fue lo único que pudo decir –Yo hice la llamada- Añadió y la enfermera la dejo pasar.

-Entiendo- Le contesto la muchacha con la bata blanca.

-¿Puede dejarme a solas con él?- Le pregunto la chica a la enfermera.

-Sí, pero, si sucede algo no dude en notificármelo- Le dijo mientras salía de la habitación dejando a la chica de melena rojiza a solas on el paciente.

-Anda, solo mírate... estas hecho una mierda- Se burlo de él, intentando obviar la situación que observaban sus ojos –No sabes manejar tontito- Le decía mientras se acercaba a la camilla, se sentó a su lado y con timidez le sostuvo la mano –Mírate, eres un desastre, apenas te deje unos minutos sin vigilancia y te haces un desastre en la calle- Intentaba mantener la misma actitud, su debilidad jamás salía a flote.

Ella callo unos segundos pasando su otra mano por el cabello rojizo del muchacho quien solo respiraba, inerte y lastimado en la camilla.

-¿No podías quedarte un poco más?- Esa pregunta se le escapo, era la misma pregunta que él le hizo cuando la llevaba a su departamento, momentos antes de sufrir aquel accidente. Unos segundos de profundo silencio y un ligero apretón de la mano del muchacho en la camilla que se torno más fuerte, aferrándose a ella como si su vida dependiera de ello; ella le miro esperando una respuesta más y fue en donde sus ojos se abrieron lentamente posándose en los suyos. Ese tono grisáceo que ya no brillaba, sin vida. Bajo los mechones rojizos de su cabello y una mínima sonrisa interrumpida por el tubo del respirador que pasaba por su boca –Lo siento- Sin darse cuenta se le fueron ese par de palabras que como un susurro huyeron de ella.

 

Ojala les haya gustado

Saludos…

 

Y... no se olviden de comentar, su opinion es muy importante para mi ;3;