lunes, 7 de julio de 2014

Reflejos; Capitulo 5


REFLEJOS
 
Capitulo 5
Sueños con mucho calor

-Cast...- Ella no pudo completar su nombre cuando él le jalo de la mano haciéndola caer sobre su pecho.
-...- Él aun no decía nada; ella le miro unos segundos antes de acercar su boca a la del pelirrojo y poseer sus labios de nuevo. Frio y sin vida, así se sentía y culmino aquel beso recostando su cabeza de su pecho conteniéndose la rabia.

Narra Castiel
Ahí estaba ella, pero, con mi cuerpo aprisionado en vendajes, era imposible el simple hecho de intentar abrazarle o acariciarle el cabello. Cuando sentí sus labios en los míos, fue como un shock eléctrico que me paralizo de inmediato... no sentí nada. ¿Qué me pasaba? Me pregunte, quizás era la anestesia la que me impedía dejar a mi cuerpo encenderse con solo un roce de su piel o... quizás estaba muerto y mi castigo era estar postrado en una cama al lado de ella, sin poder sentirla como antes. Ella se recostó de mi pecho y ni siquiera mis latidos se aceleraron, ella no lo sabía, pero, comenzaba a sentir ansiedad; anhelaba sacarme los clavos de la pierna, soltarme y poder besarla de nuevo, con un juego de lenguas que cargaba de fuego su piel, desnudarle y poseer su cuerpo una vez más, esas vibraciones mágicas de su ser cuando me paseaba en su interior, escucharla gemir y suspirar. Cambiarla de posición y pasear mis manos por cada parte de su cuerpo, tocarle, sentirle, besarle y poseerle hasta escucharla gritar al borde de la lujuria que desenfrenamos horas antes de estar ahí, en esa camilla como un cadáver. Mientras pensaba en lo miserable que me sentía en ese momento, una de sus manos bajo lentamente por mi vientre y esa mirada cargada de deseo; el uno deseando el cuerpo del otro ¿no?... eso parecía y al parecer era lo único que nos atraía del otro, no sé si era un juego para ella nada mas o un simple juguete que manipularía a convencía, pero, fuera lo que fuera, me quedaría a su lado para disfrutarla hasta el último segundo, aun si solo era su fetiche por las noches... aun así, me quedaría a su lado, como el tercero en su vida, pero, el único que la sabe complacer como a ella le gusta; como cachorrita a cuatro patitas sobre la cama mientras le sujetaba las caderas y pedia por mas con cada movimiento mío.

Sus dedos bajaron cruzando la línea y tocándome en donde más me gusta, aquello que era suyo por derecho; ella si sabía como hacerme sentir con vida. Bajo la manta que cubría mi cuerpo mientras su mano comenzó a tocar y se mordía el labio inferior; que ganas de hacerla mía sentía en ese momento. Con esos toques mágicos de sus dedos que comenzaban a quemarme internamente, lo disfrute sin apartar mi mirada de ella; sus ojos decían mucho y sus caricias gritaban lo que deseaba.
 
-Házmelo de nuevo- Me lo susurro con esa inocencia que me... bueno, me excitaba que se hiciera la inocente delante de mí. Cuanto deseaba hacerlo con ella en ese preciso instante, pero, no podía y sentía una gran impotencia por no poder complacerle.

...

La puerta se abre de nuevo y espero ver a la misma muchacha que me custodia cada dia en este fúnebre y aburrido lugar, ya puedo moverme más y puedo respirar por mí mismo. Aun no puedo salir, las semanas pasan y espero ver a mi niña de cabellos rojizos que calienta mi cuerpo con solo verla. La chica de la bata blanca se me acerca sonriendo y con jeringa en mano.

-Extiende el brazo- Me dice y le obedeci.
-Argh- Esta vez el medicamento dolio más al inyectarlo en mi cuerpo.
-Solo dolerá un poco- Lo dice como si ella es a la que están inyectando; no le intercambie mirada o palabra alguna –Descansa- Se despidió saliendo y cerrando la puerta, me deje caer en la camilla y lentamente comencé a quedarme dormido. No sé en qué momento me quede dormido, pero, cuando abrí mis ojos sentí un susurro en mi cuello que me erizo el cuerpo entero.

-Hola bonito- Esas palabras de aquella voz que anhelaba escuchar; se separo de mí y la observe completamente. Vestida con un corto... cortísimo, ajustado y MUY escotado vestido blanco, similar a una enfermera, con esas mallas que me hacían desear más sus piernas, botas blancas de tacón alto y su cabello suelto.
-Ca-Cassy ¿Qué haces vestida así?-Sin querer le pregunte, necesitaba saber porque vestida así de sexy.
-Soy tu nueva enfermera lobito, ahora recuéstate mientras te cuido- Sus palabras sonaban como una invitación a la que no me resistiría jamás.
-...- No le dije nada y ella se subió sentándose sobre mi entre pierna, se acerco mas, sus pechos casi estaban fuera del escote y me cogió una de las manos poniéndola en uno de sus pechos.
-Toca sin miedo- Me susurro a la vez que comenzaba a besarme con más pasión y deseo que antes, segundo a segundo en donde sentía el calor que emanaba su piel; se desabrocho el vestido y era inevitable no contemplar semejante belleza. Con un corsette que levantaba sus pechos y me encendía mas, comenzó a tocarme en donde ya saben, sin dejar de besarme; cuanto había deseado estar así con ella de nuevo. No me había fijado, pero, no traía sus bragas, si, esa era la Cassy que amaba, tan atrevida como nunca; en segundos subió su mano por mi pecho mientras se sentaba en mi entre pierna echándose el cabello para atrás y dejando salir ese gemido que adoraba de ella. Le sujete la cadera con ambas manos y comencé a hacerla mía, ella sudaba y gemía con ese deseo lascivo que me excitaba cada vez mas. Se movía de maravilla y vibraba como nunca, esa humedad de su cuerpo, me fascinaba.
-Hazme tu cachorrita- Me susurro con inocencia entre suspiros cargados de deseo.
-Esperaba que lo pidieras- Le respondí y cambiamos de posición, a cuatro patitas como una cachorrita en el piso de la habitación, jadeando y gimiendo con la misma lujuria de siempre; pasando mis manos por su vientre cálido y húmedo, le subí desde el torso para besarla de nuevo. Aquellos labios cargados de fuego, que me quemaban y me encantan; en ese momento en donde estaba a punto de mojar el interior de su cuerpo y...

Todo se nublo y una voz me llamo.

-Castiel, Castiel despierta, es hora de tu medicina- Me dijo la enfermera y al abrir mis ojos note su mirada incomoda y ese enrojecimiento de su rostro; no sabía que pasaba aun, la puerta se abrió de nuevo y la mirada de Cassy me hizo caer en razón. Lo había soñado todo, el deseo por su cuerpo me gano a tal punto que fantasee con ella, se tapo la boca reteniéndose la risa y señalándome la entrepierna. Baje la mirada y me tape con ambas manos, jamás me había sentido tan avergonzado  en toda mi vida.
-Baja, por favor, bájate de una vez- Pensaba en mi cabeza, pero, mi entre pierna tiene vida propia y no obedeció; aun estaba sudando. La enfermera me medico y salió de la habitación totalmente roja. –No te rías- Le dije a Cassy quien paso sus dedos por la manija de la puerta antes de seguir hasta mi.
-Como mini-Castiel quiere diversión, mi boquita se la dará- Me dijo con ese tono pícaro e inocente que me gustaba, se arrodillo y me levanto la bata; lo sujeto con una mano y comenzó a pasar lentamente su lengua, lo que sentía no se comparaba a nada. Apretaba las sabanas conteniéndome las ganas de soltar algún sonido, lo llevo a su boca y su saliva era única, era perfecta, sabía lo que hacía y sabia lo que me gustaba.

 

Ojala les haya gustado
Saludillos…
 
Y... no se olviden de comentar, su opinion es muy importante para mi ;3;

5 comentarios:

  1. Dios...por favor, ahora por tu culpa me van a violar, aunque ne lleve una ostia (aue ya me he llevado) por leer esto con mi chico al lado.

    Muy bueno May. Esto es lo que a mí me gusta.

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    1. Nou, novio de Julia, no la violes! ella es una buena e inocente chica! *va a salvarla con una almohada*

      Jajaja, pillina... pero, ¿que cosas digo? si sho soy la principal pilla en esto, sho lo escribo XP
      Me alegra que te gustara...
      Saludos...

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  2. Jajajajaja que sueño el de Castiel, no? tan cómicos los personajes(?) bueno, lo que más me causó gracia fué la enfermera, creo que quedó traumadaXDDDDDD

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