viernes, 18 de julio de 2014

Los Ojos que Embrujan; Capitulo 4


LOS OJOS QUE EMBRUJAN

Capitulo 4
Yo soy Mark Kassius

-¿Me extrañaste?- Le pregunte a mi hermano.
-...- Lógico, no había respuesta... él estaba muerto.
-Toma... te traje esto- Deje su regalo sobre la piedra grabada con su nombre... la brisa soplaba y yo solo veía el césped moverse al ritmo del viento -¿Cómo te sientes?- Le pregunte de nuevo, pero, no podía recibir respuestas de su parte -... Te extraño- Le dije casi sin voz, mis lagrimas decidieron aparecerse en ese momento. Nunca había llorado delante de él, no desde aquel día –No, no me veas- Me secaba las lagrimas y le suplicaba que no me viese, estaba más afectada ese año que cualquier otro. De repente sentí un abrazo por la espalda, fue tan de sorpresa que no tuve tiempo de evitarlo.
-No llore, por favor no lo haga- Era él, el caballero que me hacia sonreír.
-Suéltame, alguien nos puede ver y...- Me interrumpió.
-No me importa lo que piensen de mí, solo deseo que deje de estar así... tan decaída- Me susurro al oído tan de cerca que sentía su respiración y se me erizaba todos los vellos del cuerpo.
-Igual, no deberías abrazarme en público- Le forcejeaba, pero, era inútil soltarme de él.
-No la dejare ir, no importa cuánto se resista- No me quedo más que desistir –Disculpe mi atrevimiento, pero, ¿Cuál es su nombre verdadero?
Si se llama Mark Kassius en el instituto, ¿Cuál es su verdadero nombre?- Me pregunto con inocencia.
-... Me llamo Mark, siempre me he llamado Mark- Mi nombre era parte de mi pasado, esa niña asustadiza que murió en el accidente dejo a su hermano solo, y ese hermano ahora era yo.
-... ¿En serio?- Él no creía en mí.
-Por supuesto que es cierto- Me solté de él rápidamente.
-Lo siento, pero, no puedo creerle... ahí dice ‘Mark Kassius’ y usted me miente... ¿Cuál es su nombre?- Me cogió la muñeca.
-Ya te dije cual es- Le repetí.
-... ¿Quién era él?- Señalo la lapida.
-... ¿Él?, él era mi hermano...- Se me iban las palabras.
-¿Qué le paso?- Me pregunto de nuevo.
-No puedo decirlo, es un secreto- Le desvié la mirada.
-Las muertes no son secretos que alguien desee esconder... ¿Qué le sucedió?- Pregunto con cierta curiosidad.
-... Yo lo provoque- Genial, tenía que decir eso ¿no?, ahora creerá que yo lo asesine y adopte su nombre para no levantar sospechas.
-¿Cómo?- O no se cansaba de preguntar o estaba esperando a que le partiera la cara.
-... Íbamos en el auto... papa acelero demasiado...- De a poco le estaba confesando lo que había pasado, era al único al que le estaba contando lo que había sucedido.

Flashback
-No le digas nada a nadie de lo de anoche ¿vale?- Me decía mi hermano mientras se acomodaba la camisa frente al espejo.
-Ese es nuestro secreto- Le dije con una sonrisa y él me la devolvió en el reflejo del espejo -¿estás nervioso?- Le pregunte al verlo dar una y otra vez vueltas a su corbata.
-¿Tanto se nota?- Me pregunto un poco burlón.
-Muchísimo- Me reí.
-Bajemos entonces- Me ofreció su mano y se la tome sin dudar ni un segundo, bajamos las escaleras y de estas a la puerta hasta subirnos al auto; nuestro padre encendió el vehículo y partimos para no regresar jamás... mientras conducía en la autopista, sentía un extraño dolor de estomago, me rodee el cuello con mi almohadón y fue eso lo que me salvo de morir.

Me recosté del asiento y cerré mis ojos levemente, con mis cascos puestos y mi mano en la de mi hermano, sus constates juegos con mis dedos me hacían sonreír y de vez en vez cruzarle la mirada. De un momento a otro sentí el apretón de mi hermano y un movimiento brusco del auto, abrí los ojos y las luces de enfrente de ese camión me congelaron de inmediato; todo se sacudió en los siguientes minutos, oía crujidos, golpes, los neumáticos, las bocinas de los vehículos... Lo observe todo... cuando el movimiento ceso y esa imagen aún perdura en mi memoria. Mi mano estaba aferrada a la de mi hermano y la suya a la mía, lo vi abrir sus ojos e intento decir algo... pero, no pudo, el brillo de sus ojos se esfumo y un grito de mi ser deje salir. Comencé a gritar sin control alguno, debieron de amordazarme para sacarme de allí. Esa fue la última vez que mi hermano y yo hicimos una travesura... la travesura de la noche anterior; quizás por ella lo perdí.

Recordaba a mis padres y a mi hermano en cada lugar que iba, pero, más que a nada, recuerdo a mi hermano como si aun siguiera aquí. Cuando sus ojos se apagaron fue como si me arrancaran algo de lo profundo de mi ser, fue un dolor inexplicable, mas allá de los golpes y cortes en mi cuerpo por el volcado del vehículo. Más que cualquier dolor, ese fue mayor que todos.
Flashback

 No sé qué había sucedido cuando mi mente divagaba, pero, al terminar de hablar ya estaba entre los brazos del albino.

-Lo siento... no deseaba que llorase de nuevo- Me susurro con ternura.
-Está bien...- Me separe de él –Nadie puede escoger su destino, este es el mío... no puedo hacer nada para cambiarlo- Él no podría cambiarme, ya yo había aceptado mi destino.
-No haga esto, se está lastimando... debe dejar ir el pasado- Eso ultimo que dijo me hizo enfurecer.
-No tienes el derecho de decirme que puedo o no hacer... y para que sepas, ya deje ir a todos- Mi tristeza paso a ira en ese momento.
-No... Aun debe dejar ir a su hermano- Aunque me doliera, él tenía razón.
-¡Jamás me voy a separar de él!- Le grite con lagrimas en mis ojos y huí del lugar, por más que me llamo, yo solo lo ignoré y corrí hasta llegar a mi departamento y encerrarme en mi cuarto –No me dejes Mark, no me dejes- Me repetía, casi parecía una loca haciendo eso, pero, quizás me estaba afectando más de lo que creía. No iba a separarme de mi hermano, para mi seguía vivo, él vivía en mi y no lo dejaría ir, jamás lo dejaría. Marina estaba en la sala, pero, la ignore también.

Al día siguiente baje como si nada y me serví un poco de cereal. Era curioso, las letras que flotaban en la leche formaban el nombre de mi hermano. La puerta sonó, Marina la abrió.

-Mark... te llaman- Me llamo y salí con el tazón a medio comer en la mano.
-H-hola...- Ella, ella era la novia de mi hermano... o lo fue.
-¿Qué haces tú aquí?- Le pregunte metiéndome otra cucharada de cereal en la boca, Marina se giro y se fue a la sala.
-Vine a verte... ¿Creí que tú te habías...?- Bingo, ella también estaba engañada con mi apariencia; claro, mi hermano y yo éramos como dos gotas de agua, ni muy femeninos ni muy masculinos... un intermedio perfecto.
-¿Yo?... Estas muy mal- Me reí de ella, me divertiría un poco jugarle por haber sido parte de la perdida de mi hermano; si ella no hubiera sido su novia, jamás hubiéramos hecho aquella salida y nunca hubiera perdido a mi hermano.
-Pero, me dijeron eso, Mark- Se excusaba haciéndose la víctima.
-Mira... Annie, la cosa es...- Era hora de decirle la verdad.
-¿Qué? ¿Pasa algo malo?- Me preguntaba mientras jugaba con su cabello... que zorra, creía que mi hermano se había conseguido algo bueno, no esto.
-El accidente si paso- Su cara fue demasiado cómica.
-¿Eh?- Me miraba extrañada.
-Yo no soy Mark... soy su hermana- Le dije y su rostro denotaba mas desconcierto.
-No te creo, él nunca me dijo que tenía una hermana- Eso me dolió más que nada en esta tierra. Mi hermano no le había hablado de mí.
-Soy su gemela... si no me crees busca en el registro natal- Metí otra cucharada de cereal en mi boca.
-Eso sí lo dijo, menciono una gemela, pero, no entendí a lo que se refería- Dios mío, mátenla antes de que deje crías en este mundo.
-Bueno, te vas a ir ahora ¿no?- Le dije un poco cortante.
-¿Por qué te vistes como Mark?- Eso nadie me lo había preguntado.
-Eso no te incumbe- Le cerré la puerta en la cara de un azote, quizás la golpee, pero, no creo, no creo que hubiera sido tan idiota de quedarse ahí y recibir un golpe de la puerta.

Camine a mi cuarto y me senté a terminar mi cereal, estaba deprimida aun. La puerta sonó y los gritos ‘fangirl’ de Marina me hicieron salir de mi ‘relajante comida’.

-Anda ¿Por qué gritas?- Le pregunte llevando el tazón a la cocina.
-... ¡Qué bonitos tatuajes!- Estaba hipnotizada con Dake.
-¿Te gustan? Muñeca- Le rodeo el cuello con su brazo acercándola a él.
-No, no te vas a ‘raspar’ a mi amiga ¿vale?- Le lance una cucharilla dándole en la frente.
-Auch... maldita puntería la tuya- Me dijo sobándose.
-Mas te vale no tocarla, es mía ¿entendido?- Los mire a todos; era como ‘el mejor amigo celoso’ en ese momento.
-Tranquilo novato, no tocamos las chicas de nuestros amigos... pero, a las del Sweet Girl nos las ‘repasamos’ Jajaja- Castiel jamás iba a cambiar.
-Ya, suficiente ¿vale?
Voy por mi mochila y bajo- Les dije mientras iba por mis cosas; me saque la ropa y me lance agua por todo el cuerpo, me ‘duche’ o eso pareció, me vestí con ropa limpia y cogí mi mochila.

Cuando baje Dake estaba a punto de besar a Marina y la muy boba estaba esperando el beso del surfista.

-Te lo advertí- Lo jale del collar, casi estaba ahorcándolo –No te le acerques- Le dije sacándolo del ‘espacio personal’ de mi amiga.
-No puedo respirar- Estaba suplicando oxigeno y lo solté -¿Estás loco? Pudiste haberme matado- Me dijo incorporándose.
-No quiero ir a la cárcel- Sonreí mientras salía por la puerta –Vuelvo al rato, Marina- Me despedí con la mano y ella estaba embobada con los chicos.
-Tu amiga es algo rara ¿no crees?- Me codeo Castiel.
-Rara y todo, pero así la quiero- Alce mi pulgar con una sonrisa.
-Es buena amiga...- O Castiel estaba drogado o yo estaba alucinando, sonaba demasiado comprensivo –Por eso guardamos tu secreto, novato- Me revolvió el cabello.
-¿Mi secreto?- Me hice el ‘aludido’.
-Sí, ella nos contó un poco... le importas mucho, casi podría decir que le gustas sino se hubiera dejado por Dake tan rápido; además, no somos ‘cotillas’ como las chicas, nosotros guardamos secretos entre chicos... solo secretos, nada que incluya orientaciones sexuales diferentes- Me dijo.
-Ah... Oka..., lo entiendo- Le respondí mirando el cielo.
-Yo también tengo mis secretos... algunos más desastrosos que otros, pero, ninguno como el tuyo... me sorprende que puedas sonreír cada día como si nada- Me decía un tanto pensativo.
-No me gusta amargarme la vida... la vida es una y hay que sonreír para disfrutarla- De nuevo una sonrisa.
-Oye ¿Por qué no trajiste tus cosas?- Me detuvo el surfista.
-¿Eh?... Las traigo aquí- Les mostré mi mochila.
-No esas tonto, todas tus cosas, tu ropa, tus sabanas, todo... a partir de hoy los estudiantes viviremos en las residencias internas del colegio- Esas palabras me dejaron helada, pero, respondí rápido.
-No sabia... me esperan mientras voy por ellas- Le dije, pero, insistieron en acompañarme.

Al final llegamos tarde y bromeando con nuestras maletas; estaba tan asustada, porque, tendría un compañero de habitación y seria un chico, debía cuidar de mi estando en ese lugar.

Camine tranquila y un poco nerviosa por el pasillo de la residencia.

-323 ¿Dónde estás?- Me rascaba la cabeza al no encontrar el numero. Ese era el cuarto que se me había asignado –Me rindo- Me senté en el piso frustrada.
-¿Qué haces aquí?- Me pregunto Alexy mientras pasaba por ahí.
-No encuentro mi cuarto- Me queje con él.
-¿Cuál te toco?- Me pregunto curioso.
-El 323 ¿Sabes donde esta?- Le respondí con una pregunta.
-...- Sonrió pícaro y malicioso a la vez – Uuuh, te toco con él- Me susurro divertido.
-¿Sabes donde esta?- Le pregunte de nuevo.
-Si se, ven- Me cogió del brazo y me llevo a rastras consigo. Me dejo frente a la jodida puerta con el numero –No hagan nada pervertido, pillos- Me susurro con picardía traviesa antes de irse corriendo. Abrí la puerta y estaba vacío, bueno, no del todo... había otra maleta en la cama de abajo y subí las escaleras, llegue a la pinche cama y deje la maleta en el piso. Me tumbe en el colchón y oí la puerta abrirse, me asome, pero, no estaba abierta; me sujete del barandal para bajar mi cabeza y ahí vi a mi compañero de cuarto.

-¿Lysandro?- Fue lo primero que pude decir al verlo salir con solo una toalla cubriéndole de la cintura para abajo, sí, eso era todo lo que le cubría; el agua aun se paseaba lentamente por su piel, escurriéndose de su cabello y subió la mirada.
-¿Mark?- Estaba tan sorprendido como yo.
-... ¿Cómo está el agua?- Genial, esa es la pregunta más idiota que haya hecho en toda mi vida.
-Fría, supongo... pero si gusta de agua tibia, le aconsejo que se duche acompañado- Eso era una invitación, pero, debía mantenerme firme, no era el lugar ni el momento de desatar nuestras hormonas.
-Oka... lo tendré en mente- Le guiñe el ojo y regrese a la cama.

Los minutos eran realmente aburridos y me decidí por bajar, teníamos clase, pero, uno de los chicos entro con una toalla cubriéndole sus ‘intimidades’ y desvié la mirada tapándome levemente los ojos.

-¿Tienes jabón?- Maldición, no podían traer el suyo.
-No... Iré a comprar uno- No sabía que decir, Lysandro ya había salido y esto se tornaba cada vez mas incomodo.

...

En clase me estaba durmiendo, pero, luchaba por quedarme despierta.

-Joven Kassius ¿tiene sueño?- El profesor me llamo.
-A decir verdad, si tengo y mucho- Le fui totalmente sincera.
-Preste atención- Me dijo muy serio, Castiel estaba en el 7° sueño, eso era seguro, casi se babeaba en el asiento. La clase transcurrió aburrida y sin sentido, salimos de ahí y fuimos a otro salón, ahora nos tocaba la tortura con ‘geometría’... ¿Quién carajos ve eso en secundaria?

De nuevo, más éramos los dormidos que los que estaban despiertos. Educación física era otro dolor de cabeza, pero, al final terminaron las clases y me fui corriendo a mi cuarto; anhelaba bañarme cuanto antes. Me desvestí dentro de la ducha y abrí la manija.

-Maldita sea, esta fría- Fue lo que dije al caerme el agua encima, después me toco acostumbrarme; oí una risa, pero, no le preste mucha atención. Me termine de bañar y me vestí, cubrí con una especie de faja mi ‘pecho’... tan plano como siempre..., me puse las bermudas y una camiseta sencilla, salí estrujándome el cabello y alguien me saco la toalla de la cabeza.
-¿Cómo estuvo el baño?- Me preguntó al arrinconarme a la pared, en ese ángulo no podían vernos si abrían la puerta.
-Frío ¿Cómo creías que estaría?- Le respondí un poco irónica.
-¿Desea calentarse?- Me susurro.
-Si te ofreces, no me niego- Le respondí.
-Siempre estoy a sus servicios- Diciendo esto se me acerco mas y comenzó a besarme, lento y suave; en segundos estaba sacándole la camiseta mientras lo besaba. Me giro dejándome de pecho a la pared y su mano bajo al interior de mis bragas; mientras me besaba también me provocaba, o a mis hormonas que estaban revueltas dentro de mí. Rogaba porque nadie abriera la puerta, porque, tendríamos que separarnos y no lo deseaba así. Le apreté la muñeca de la mano traviesa que tenía en mis ‘intimidades’ cuando bajo sus dedos más; más caricias, más apretaba su muñeca resistiendo el deseo de hacer algún ruido. Jugando con su cabello y paseándonos en la boca del otro, se sentía tan bien... devorar al otro sin decirnos nada, solo sintiendo.

De un segundo a otro, detrás de mi... si, su ‘animalito incorregible y con subidas de testosterona’ estaba haciendo su aparición dentro de sus pantalones; podía sentir ese roce que me estaba gustando en ‘ya saben donde’ de sus dedos, esa sensación de unirnos al otro si nos arrancábamos la ropa. Casi me separaba y se lo pedía, ese fue el momento en donde deje de pensar en los problemas, en el peligro, en todo... me olvide de todo cuando él despertó en mi el deseo por su persona, el deseo de que me hiciera suya... una y otra vez, las veces que quisiera. Con un leve movimiento de sus caderas, ‘su animalito’ me rozaba, me erizaba la piel y me hacia desearlo aun mas.

Ojala les haya gustado

Saludillos

Y... no se olviden de comentar, su opinión es muy importante para mi ;3;

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