LOS OJOS QUE EMBRUJAN
Capitulo 4
Yo soy Mark
Kassius
-¿Me extrañaste?- Le pregunte a mi hermano.
-...- Lógico, no había respuesta... él estaba muerto.
-Toma... te traje esto- Deje su regalo sobre la piedra
grabada con su nombre... la brisa soplaba y yo solo veía el césped moverse al
ritmo del viento -¿Cómo te sientes?- Le pregunte de nuevo, pero, no podía recibir
respuestas de su parte -... Te extraño- Le dije casi sin voz, mis lagrimas
decidieron aparecerse en ese momento. Nunca había llorado delante de él, no
desde aquel día –No, no me veas- Me secaba las lagrimas y le suplicaba que no
me viese, estaba más afectada ese año que cualquier otro. De repente sentí un
abrazo por la espalda, fue tan de sorpresa que no tuve tiempo de evitarlo.
-No llore, por favor no lo haga- Era él, el caballero
que me hacia sonreír.
-Suéltame, alguien nos puede ver y...- Me interrumpió.
-No me importa lo que piensen de mí, solo deseo que deje
de estar así... tan decaída- Me susurro al oído tan de cerca que sentía su
respiración y se me erizaba todos los vellos del cuerpo.
-Igual, no deberías abrazarme en público- Le forcejeaba,
pero, era inútil soltarme de él.
-No la dejare ir, no importa cuánto se resista- No me
quedo más que desistir –Disculpe mi atrevimiento, pero, ¿Cuál es su nombre
verdadero?
Si se llama Mark Kassius en el instituto, ¿Cuál es su
verdadero nombre?- Me pregunto con inocencia.
-... Me llamo Mark, siempre me he llamado Mark- Mi
nombre era parte de mi pasado, esa niña asustadiza que murió en el accidente
dejo a su hermano solo, y ese hermano ahora era yo.
-... ¿En serio?- Él no creía en mí.
-Por supuesto que es cierto- Me solté de él rápidamente.
-Lo siento, pero, no puedo creerle... ahí dice ‘Mark
Kassius’ y usted me miente... ¿Cuál es su nombre?- Me cogió la muñeca.
-Ya te dije cual es- Le repetí.
-... ¿Quién era él?- Señalo la lapida.
-... ¿Él?, él era mi hermano...- Se me iban las
palabras.
-¿Qué le paso?- Me pregunto de nuevo.
-No puedo decirlo, es un secreto- Le desvié la mirada.
-Las muertes no son secretos que alguien desee
esconder... ¿Qué le sucedió?- Pregunto con cierta curiosidad.
-... Yo lo provoque- Genial, tenía que decir eso ¿no?,
ahora creerá que yo lo asesine y adopte su nombre para no levantar sospechas.
-¿Cómo?- O no se cansaba de preguntar o estaba esperando
a que le partiera la cara.
-... Íbamos en el auto... papa acelero demasiado...- De
a poco le estaba confesando lo que había pasado, era al único al que le estaba
contando lo que había sucedido.
Flashback
-No le digas nada a nadie de lo de anoche ¿vale?- Me
decía mi hermano mientras se acomodaba la camisa frente al espejo.
-Ese es nuestro secreto- Le dije con una sonrisa y él me
la devolvió en el reflejo del espejo -¿estás nervioso?- Le pregunte al verlo
dar una y otra vez vueltas a su corbata.
-¿Tanto se nota?- Me pregunto un poco burlón.
-Muchísimo- Me reí.
-Bajemos entonces- Me ofreció su mano y se la tome sin
dudar ni un segundo, bajamos las escaleras y de estas a la puerta hasta
subirnos al auto; nuestro padre encendió el vehículo y partimos para no
regresar jamás... mientras conducía en la autopista, sentía un extraño dolor de
estomago, me rodee el cuello con mi almohadón y fue eso lo que me salvo de
morir.
Me recosté del asiento y cerré mis ojos levemente, con
mis cascos puestos y mi mano en la de mi hermano, sus constates juegos con mis
dedos me hacían sonreír y de vez en vez cruzarle la mirada. De un momento a
otro sentí el apretón de mi hermano y un movimiento brusco del auto, abrí los
ojos y las luces de enfrente de ese camión me congelaron de inmediato; todo se
sacudió en los siguientes minutos, oía crujidos, golpes, los neumáticos, las
bocinas de los vehículos... Lo observe todo... cuando el movimiento ceso y esa
imagen aún perdura en mi memoria. Mi mano estaba aferrada a la de mi hermano y
la suya a la mía, lo vi abrir sus ojos e intento decir algo... pero, no pudo,
el brillo de sus ojos se esfumo y un grito de mi ser deje salir. Comencé a
gritar sin control alguno, debieron de amordazarme para sacarme de allí. Esa
fue la última vez que mi hermano y yo hicimos una travesura... la travesura de
la noche anterior; quizás por ella lo perdí.
Recordaba a mis padres y a mi hermano en cada lugar que
iba, pero, más que a nada, recuerdo a mi hermano como si aun siguiera aquí.
Cuando sus ojos se apagaron fue como si me arrancaran algo de lo profundo de mi
ser, fue un dolor inexplicable, mas allá de los golpes y cortes en mi cuerpo
por el volcado del vehículo. Más que cualquier dolor, ese fue mayor que todos.
Flashback
No sé qué había
sucedido cuando mi mente divagaba, pero, al terminar de hablar ya estaba entre
los brazos del albino.
-Lo siento... no deseaba que llorase de nuevo- Me susurro
con ternura.
-Está bien...- Me separe de él –Nadie puede escoger su
destino, este es el mío... no puedo hacer nada para cambiarlo- Él no podría
cambiarme, ya yo había aceptado mi destino.
-No haga esto, se está lastimando... debe dejar ir el
pasado- Eso ultimo que dijo me hizo enfurecer.
-No tienes el derecho de decirme que puedo o no hacer...
y para que sepas, ya deje ir a todos- Mi tristeza paso a ira en ese momento.
-No... Aun debe dejar ir a su hermano- Aunque me
doliera, él tenía razón.
-¡Jamás me voy a separar de él!- Le grite con lagrimas
en mis ojos y huí del lugar, por más que me llamo, yo solo lo ignoré y corrí
hasta llegar a mi departamento y encerrarme en mi cuarto –No me dejes Mark, no
me dejes- Me repetía, casi parecía una loca haciendo eso, pero, quizás me
estaba afectando más de lo que creía. No iba a separarme de mi hermano, para mi
seguía vivo, él vivía en mi y no lo dejaría ir, jamás lo dejaría. Marina estaba
en la sala, pero, la ignore también.
Al día siguiente baje como si nada y me serví un poco de
cereal. Era curioso, las letras que flotaban en la leche formaban el nombre de
mi hermano. La puerta sonó, Marina la abrió.
-Mark... te llaman- Me llamo y salí con el tazón a medio
comer en la mano.
-H-hola...- Ella, ella era la novia de mi hermano... o
lo fue.
-¿Qué haces tú aquí?- Le pregunte metiéndome otra
cucharada de cereal en la boca, Marina se giro y se fue a la sala.
-Vine a verte... ¿Creí que tú te habías...?- Bingo, ella
también estaba engañada con mi apariencia; claro, mi hermano y yo éramos como
dos gotas de agua, ni muy femeninos ni muy masculinos... un intermedio
perfecto.
-¿Yo?... Estas muy mal- Me reí de ella, me divertiría un
poco jugarle por haber sido parte de la perdida de mi hermano; si ella no
hubiera sido su novia, jamás hubiéramos hecho aquella salida y nunca hubiera
perdido a mi hermano.
-Pero, me dijeron eso, Mark- Se excusaba haciéndose la
víctima.
-Mira... Annie, la cosa es...- Era hora de decirle la
verdad.
-¿Qué? ¿Pasa algo malo?- Me preguntaba mientras jugaba
con su cabello... que zorra, creía que mi hermano se había conseguido algo
bueno, no esto.
-El accidente si paso- Su cara fue demasiado cómica.
-¿Eh?- Me miraba extrañada.
-Yo no soy Mark... soy su hermana- Le dije y su rostro
denotaba mas desconcierto.
-No te creo, él nunca me dijo que tenía una hermana- Eso
me dolió más que nada en esta tierra. Mi hermano no le había hablado de mí.
-Soy su gemela... si no me crees busca en el registro
natal- Metí otra cucharada de cereal en mi boca.
-Eso sí lo dijo, menciono una gemela, pero, no entendí a
lo que se refería- Dios mío, mátenla antes de que deje crías en este mundo.
-Bueno, te vas a ir ahora ¿no?- Le dije un poco
cortante.
-¿Por qué te vistes como Mark?- Eso nadie me lo había
preguntado.
-Eso no te incumbe- Le cerré la puerta en la cara de un
azote, quizás la golpee, pero, no creo, no creo que hubiera sido tan idiota de
quedarse ahí y recibir un golpe de la puerta.
Camine a mi cuarto y me senté a terminar mi cereal,
estaba deprimida aun. La puerta sonó y los gritos ‘fangirl’ de Marina me
hicieron salir de mi ‘relajante comida’.
-Anda ¿Por qué gritas?- Le pregunte llevando el tazón a
la cocina.
-... ¡Qué bonitos tatuajes!- Estaba hipnotizada con
Dake.
-¿Te gustan? Muñeca- Le rodeo el cuello con su brazo acercándola
a él.
-No, no te vas a ‘raspar’ a mi amiga ¿vale?- Le lance
una cucharilla dándole en la frente.
-Auch... maldita puntería la tuya- Me dijo sobándose.
-Mas te vale no tocarla, es mía ¿entendido?- Los mire a
todos; era como ‘el mejor amigo celoso’ en ese momento.
-Tranquilo novato, no tocamos las chicas de nuestros amigos...
pero, a las del Sweet Girl nos las ‘repasamos’
Jajaja- Castiel jamás iba a cambiar.
-Ya, suficiente ¿vale?
Voy por mi mochila y bajo- Les dije mientras iba por mis
cosas; me saque la ropa y me lance agua por todo el cuerpo, me ‘duche’ o eso
pareció, me vestí con ropa limpia y cogí mi mochila.
Cuando baje Dake estaba a punto de besar a Marina y la
muy boba estaba esperando el beso del surfista.
-Te lo advertí- Lo jale del collar, casi estaba
ahorcándolo –No te le acerques- Le dije sacándolo del ‘espacio personal’ de mi
amiga.
-No puedo respirar- Estaba suplicando oxigeno y lo solté
-¿Estás loco? Pudiste haberme matado- Me dijo incorporándose.
-No quiero ir a la cárcel- Sonreí mientras salía por la
puerta –Vuelvo al rato, Marina- Me despedí con la mano y ella estaba embobada
con los chicos.
-Tu amiga es algo rara ¿no crees?- Me codeo Castiel.
-Rara y todo, pero así la quiero- Alce mi pulgar con una
sonrisa.
-Es buena amiga...- O Castiel estaba drogado o yo estaba
alucinando, sonaba demasiado comprensivo –Por eso guardamos tu secreto, novato-
Me revolvió el cabello.
-¿Mi secreto?- Me hice el ‘aludido’.
-Sí, ella nos contó un poco... le importas mucho, casi
podría decir que le gustas sino se hubiera dejado por Dake tan rápido; además,
no somos ‘cotillas’ como las chicas, nosotros guardamos secretos entre
chicos... solo secretos, nada que incluya orientaciones sexuales diferentes- Me
dijo.
-Ah... Oka..., lo entiendo- Le respondí mirando el cielo.
-Yo también tengo mis secretos... algunos más
desastrosos que otros, pero, ninguno como el tuyo... me sorprende que puedas
sonreír cada día como si nada- Me decía un tanto pensativo.
-No me gusta amargarme la vida... la vida es una y hay
que sonreír para disfrutarla- De nuevo una sonrisa.
-Oye ¿Por qué no trajiste tus cosas?- Me detuvo el
surfista.
-¿Eh?... Las traigo aquí- Les mostré mi mochila.
-No esas tonto, todas tus cosas, tu ropa, tus sabanas,
todo... a partir de hoy los estudiantes viviremos en las residencias internas
del colegio- Esas palabras me dejaron helada, pero, respondí rápido.
-No sabia... me esperan mientras voy por ellas- Le dije,
pero, insistieron en acompañarme.
Al final llegamos tarde y bromeando con nuestras
maletas; estaba tan asustada, porque, tendría un compañero de habitación y
seria un chico, debía cuidar de mi estando en ese lugar.
Camine tranquila y un poco nerviosa por el pasillo de la
residencia.
-323 ¿Dónde estás?- Me rascaba la cabeza al no encontrar
el numero. Ese era el cuarto que se me había asignado –Me rindo- Me senté en el
piso frustrada.
-¿Qué haces aquí?- Me pregunto Alexy mientras pasaba por
ahí.
-No encuentro mi cuarto- Me queje con él.
-¿Cuál te toco?- Me pregunto curioso.
-El 323 ¿Sabes donde esta?- Le respondí con una
pregunta.
-...- Sonrió pícaro y malicioso a la vez – Uuuh, te toco
con él- Me susurro divertido.
-¿Sabes donde esta?- Le pregunte de nuevo.
-Si se, ven- Me cogió del brazo y me llevo a rastras
consigo. Me dejo frente a la jodida puerta con el numero –No hagan nada
pervertido, pillos- Me susurro con picardía traviesa antes de irse corriendo.
Abrí la puerta y estaba vacío, bueno, no del todo... había otra maleta en la
cama de abajo y subí las escaleras, llegue a la pinche cama y deje la maleta en
el piso. Me tumbe en el colchón y oí la puerta abrirse, me asome, pero, no
estaba abierta; me sujete del barandal para bajar mi cabeza y ahí vi a mi
compañero de cuarto.
-¿Lysandro?- Fue lo primero que pude decir al verlo
salir con solo una toalla cubriéndole de la cintura para abajo, sí, eso era
todo lo que le cubría; el agua aun se paseaba lentamente por su piel,
escurriéndose de su cabello y subió la mirada.
-¿Mark?- Estaba tan sorprendido como yo.
-... ¿Cómo está el agua?- Genial, esa es la pregunta más
idiota que haya hecho en toda mi vida.
-Fría, supongo... pero si gusta de agua tibia, le
aconsejo que se duche acompañado- Eso era una invitación, pero, debía
mantenerme firme, no era el lugar ni el momento de desatar nuestras hormonas.
-Oka... lo tendré en mente- Le guiñe el ojo y regrese a
la cama.
Los minutos eran realmente aburridos y me decidí por
bajar, teníamos clase, pero, uno de los chicos entro con una toalla cubriéndole
sus ‘intimidades’ y desvié la mirada tapándome levemente los ojos.
-¿Tienes jabón?- Maldición, no podían traer el suyo.
-No... Iré a comprar uno- No sabía que decir, Lysandro
ya había salido y esto se tornaba cada vez mas incomodo.
...
En clase me estaba durmiendo, pero, luchaba por quedarme
despierta.
-Joven Kassius ¿tiene sueño?- El profesor me llamo.
-A decir verdad, si tengo y mucho- Le fui totalmente
sincera.
-Preste atención- Me dijo muy serio, Castiel estaba en
el 7° sueño, eso era seguro, casi se babeaba en el asiento. La clase
transcurrió aburrida y sin sentido, salimos de ahí y fuimos a otro salón, ahora
nos tocaba la tortura con ‘geometría’... ¿Quién carajos ve eso en secundaria?
De nuevo, más éramos los dormidos que los que estaban
despiertos. Educación física era otro dolor de cabeza, pero, al final
terminaron las clases y me fui corriendo a mi cuarto; anhelaba bañarme cuanto
antes. Me desvestí dentro de la ducha y abrí la manija.
-Maldita sea, esta fría- Fue lo que dije al caerme el
agua encima, después me toco acostumbrarme; oí una risa, pero, no le preste
mucha atención. Me termine de bañar y me vestí, cubrí con una especie de faja
mi ‘pecho’... tan plano como siempre..., me puse las bermudas y una camiseta
sencilla, salí estrujándome el cabello y alguien me saco la toalla de la
cabeza.
-¿Cómo estuvo el baño?- Me preguntó al arrinconarme a la
pared, en ese ángulo no podían vernos si abrían la puerta.
-Frío ¿Cómo creías que estaría?- Le respondí un poco irónica.
-¿Desea calentarse?- Me susurro.
-Si te ofreces, no me niego- Le respondí.
-Siempre estoy a sus servicios- Diciendo esto se me
acerco mas y comenzó a besarme, lento y suave; en segundos estaba sacándole la
camiseta mientras lo besaba. Me giro dejándome de pecho a la pared y su mano
bajo al interior de mis bragas; mientras me besaba también me provocaba, o a
mis hormonas que estaban revueltas dentro de mí. Rogaba porque nadie abriera la
puerta, porque, tendríamos que separarnos y no lo deseaba así. Le apreté la
muñeca de la mano traviesa que tenía en mis ‘intimidades’ cuando bajo sus dedos
más; más caricias, más apretaba su muñeca resistiendo el deseo de hacer algún
ruido. Jugando con su cabello y paseándonos en la boca del otro, se sentía tan
bien... devorar al otro sin decirnos nada, solo sintiendo.
De un segundo a otro, detrás de mi... si, su ‘animalito
incorregible y con subidas de testosterona’ estaba haciendo su aparición dentro
de sus pantalones; podía sentir ese roce que me estaba gustando en ‘ya saben
donde’ de sus dedos, esa sensación de unirnos al otro si nos arrancábamos la
ropa. Casi me separaba y se lo pedía, ese fue el momento en donde deje de
pensar en los problemas, en el peligro, en todo... me olvide de todo cuando él
despertó en mi el deseo por su persona, el deseo de que me hiciera suya... una
y otra vez, las veces que quisiera. Con un leve movimiento de sus caderas, ‘su
animalito’ me rozaba, me erizaba la piel y me hacia desearlo aun mas.
Ojala les haya
gustado
Saludillos
Y... no se olviden de comentar, su opinión es muy importante para mi ;3;
me encanto
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