sábado, 30 de agosto de 2014

Los Ojos que Embrujan; Capitulo 9

LOS OJOS QUE EMBRUJAN

Capitulo 9
Mi secreto revelado... mi dolor mas grande

-Que carajos ¿¡Par de enfermos!?- Fueron las palabras que salieron de la boca del pelirrojo, me tape la cara de la vergüenza; una de las manos del albino estaba bajo mi remera, sus labios a los míos y aquella situación tan desesperante.
-P-Puedo explicarlo- Lysandro estaba tan rojo de la vergüenza que era ligeramente gracioso, sus mejillas sonrojadas y esa mirada un tanto desesperada.
-No me toques... ahora, responde ¿Desde cuándo te gustan los tíos?- Pregunto Castiel asqueado totalmente.
-No me gustan... siempre me han atraído las jóvenes- Respondió Lysandro.
-Pues tenias tu lengua en la garganta de Mark, eso explica demasiado ¿no crees?- Contesto Castiel bastante asqueado, y, ligeramente gracioso.
-No la tenía ahí- Me defendí... si dimos uno de lengua, pero, no me la metió hasta la garganta, eso era exagerar.
-Oh diablos, no digas nada... eres un asqueroso enclenque- Contesto el pelirrojo.
-¿Quieres la verdad?- Le pregunte, si hablaba entonces dejaría de tomarnos por ‘Homos’.
-¿Cuál verdad? ¿Se revuelcan aquí?- Respondió él.
-No... Esta verdad- Baje las escaleras mientras me sacaba la remera, siguieron mis bermudas... Lysandro había asegurado la puerta –Me inscribí aquí por error... he fingido desde que llegue- Le dije bastante seria, sin bajarme las bragas.
-Mmm... Tengo mis dudas- Castiel me examinaba con la vista -¿Me dejas tocar?- Típico de él, tocar todo lo que sea XX en esta tierra.
-Ponle un dedo y dejare de ser un caballero- Debo admitirlo, los celos de Lysandro resultaban aterradores algunas veces.
-¿Guardas el secreto?- Le pregunte.
-...- Ladeo su cabeza de lado a lado.
-Por favor, nadie puede saberlo... por favor, Castiel; te estoy suplicando en ropa interior ¿Qué más quieres?- Adopte una voz de chica ‘sexy’ o eso creo en la última palabra, luego sentí la mirada de Lysandro clavarse en mi espalda.
-Está bien, pero... no aseguro un silencio total, recuerda que se me salen los secretos cuando me enfurezco- Respondió y me abalance sobre él.
-Gracias, eres el mejor amigo del mundo- Lo abrace con fuerza.
-Si las sabes escoger bien, eh Lysandro- Se dirigió al albino cuando sentí un apretón en mi trasero... si su mano tenía vida propia.
-¡Pervertido!- Lo solté y le di una bofetada mientras me subía la ropa de nuevo. Mi secreto permanecería en un cierto silencio; al oscurecerse el día salí del instituto como cada noche. La moto de Rei de la cual el manejaba, que me llevaba a su departamento para ‘la visita’ que era más que derrochar lujuria en lo ancho y largo del lugar.

Nos estacionamos en la acera, aseguro su moto en la verja, caminamos hasta la sala de estar y me sentía un poco extraña; esa sensación de infidelidad me acusaba a cada segundo.

-¿Sucede algo? Mi- Pregunto al verme ida en el espacio.
-N-no, nada- Me sentía muy mal, ni cruzaba mis ojos a los suyos.
-No me mientas, tontita, se que te pasa algo... ¿Qué es lo que te inquieta?- Tomo mis manos, sus dedos jugueteaban a los míos, baje la mirada y mis lagrimas de dolor se hicieron presentes. Sus manos liberando a las mías, acariciando mis mejillas, secando cada amargura que recorría mi piel.
-Perdóname...- Se me escapo un susurro, sus ojos revelaron el cómo se sentía; nunca había visto sus ojos humedecerse a causa mía.
-¿Te gusta él? ¿Lo amas? ¿Te ha dado la felicidad que nunca podre darte?- No, él no podía decirme esas palabras o ¿sí? –No seas tontita, se que te gusta... incluso cuando lo hacíamos ya sabía que pensabas en él antes que en mi- Sus palabras que ahogaban un llanto, unas lagrimas que yo provocaba –Pero, protegerte es algo que siempre hare... nunca podre dejar de...- Acerco su rostro al mío –De amarte- Sus labios chocaron contra los míos, fue inevitable... reacción a su deseo, consentir a sus intenciones... recuerdo aun sus manos mantener control sobre mí, cuando me enloquecía su manera de hacerlo... con la sutileza de un caballero y la dulzura de siempre. Ese movimiento de su cuerpo contra el mío, en el lugar que se diese la situación... siempre sus manos en mi cadera, manteniéndome a merced suya... fue extraño, lo disfrutamos, pero... nos dolía en el pecho sentirnos así... yo, le había lastimado; él, no entendía mi rechazo así tan crudo.

...

Mientras jugueteaba con su cabello, mi mente divagaba en cualquier cosa menos en la situación.

-¿Creíste que así terminaría lo nuestro?- Esa pregunta me atravesó a la mitad, me despedazo lentamente... las lagrimas se escurrían por mis mejillas.
-No... Creí que moriría antes de ello- Fue mi respuesta, él se levanto y acerco su boca a la mía... le correspondí aun cuando las lagrimas se nos eran imposibles de frenar. Su boca se separo de la mía y recostó su cabeza de mi pecho, me abrazo y... desahogo todo su dolor. Esa sensación de desesperación que se percibía, sentía un nudo en mi garganta... no quería provocarle ese dolor... el rechazo del amor de tu vida –Perdóname... no quería que...- No sabía que decirle, sus lagrimas no frenaban y... nunca le había visto llorar, jamás.

Ya basta, no diré mas de lo que paso... me duele el simple hecho de recordar lo que repetía para mi, ‘Siempre te amare, no importa con quien estés... solo quiero que seas feliz’... él valía mas que cualquiera, pero... mi corazón había sido robado por el victoriano, sin darme cuenta.

...

En mi habitación del instituto aun estaba asimilando lo que había pasado, vi a Lysandro entrar... me sonrió, pero, no le devolví el gesto, me sentía tan deprimida que un gesto era imposible de reflejar en mi. Escuche sus pasos, sus pies le condujeron hasta mi... no decía ni una palabra, ni le veía.

-¿Qué le sucede? Señorita- Me pregunto inclinándose un poco.
-... Yo lo hice llorar... lo hice…- De nuevo estaba llorando... Lysandro intento abrazarme, pero, de una bofetada lo aleje de mi –No me toques... por tu culpa lo perdí, por tu culpa- Su mirada mostrada el desconcierto que estaba en él, no sabía la razón por la cual actuaba de esa manera... no lo sabría si yo no le decía. En ese punto solo quería irme de aquel lugar, alejarme de todo de una vez por todas... correr a los brazos de Mark, sentir ese abrazo cálido que me brindaba cuando me sentía derrotada y deprimida. Me puse de espaldas al albino y sollozaba tapándome el rostro con las manos, su cuerpo me embistió con fuerza dejándome en contra de la pared... de pecho a esta, de espaldas a él y sus brazos que me rodeaban.
-No llore... las lagrimas solo ensucian su rostro, no solucionaran nada- Frio, a veces se mostraba insensible, pero, tenia razón... no podía enmendar nada si permanecía llorando.
-Lysandro... acabo de romper con mi novio- de inmediato me soltó, retrocedió un par de pasos y su mirada estaba clavada en mí. Supe lo que por su mente cruzaba –Lo sabe... rompimos porque... tú me gustas- Mis lagrimas huían con cada parpadeo. Sus ojos reflejaban una pizca de molestia.
-Una dama no... Usted no- Claramente lo entendió, yo me le entregue cuando le pertenecía a otro; estuvimos juntos en clandestinidad.
-Ya lo se... lo engañe... contigo... ahora sabes porque lloro... vete si deseas- No quería a nadie cerca, lastimaría a quien fuese y eso paso... Lysandro retrocedió hasta toparse con la escalera e irse... huyo, y, no le culpo... yo también me aislaría para asimilar las cosas. En ese instante, donde me sentía tan devastada... la puerta se abrió con fuerza y antes de levantar la mirada el abrazo de Alexy me ataco con furia... le correspondí y mis lagrimas se desahogar sin freno en su hombro.
-Acabo de ver a Lysandro correr con la mirada llorosa por el pasillo... ¿Qué paso? ¿Qué sucedió aquí? ¿Discutieron acaso?- Escuchar eso me partía el alma, Lysandro también lloraba por mi culpa... soy un asco de persona.

Narra Lysandro
No podía creer lo que decían sus labios... no era capaz de afrontar la realidad; yo, toque a una dama que ya pertenecía a su caballero, soy un fiasco total. Mi vida se ha venido abajo, solo he podido correr y con cada paso mis lagrimas caen a cantaros, mi vista se nubla... mi visión es borrosa y consigo irme hasta el baño, ingrese y cerrando la puerta, apoyándome de la pared he dejado salir aquellos gritos desgarradores... no sabía que decir, o, que pensar; solo gritar y llorar sin consuelo era las únicas acciones que aquietaban mi ira. Saber que has acabado con la felicidad de quien amas, de a quien amo... y la tuya, todo en un segundo es demasiado peso. No podía soportar esa carga, no quería vivir un día mas con ese dolor... mis piernas desfallecieron y caí de rodilla al piso; las lagrimas se empozaban a mis pies empapando la tela de mi pantalón.

-Lo siento... perdóneme por... por amarla- Golpee la pared, pero, mi dolor no cesaba; la acción repetitiva me lastimo la piel, la sangre que brotaba del agrietado... un corte producto de los golpes a la solida pared. Sentir esa sensación de un sufrimiento profundo, saber que he aniquilado con la vida de ellos... fui ingenuo, me engañe a mi mismo... creí una mentira, y, sintiéndome así solo quería golpear a la pared y hacerme daño, conseguir la manera de olvidar todo, de regresar a la vida monótona de siempre... debía de... de olvidarla, dejarle ser feliz, al lado de él... se lo merecía después de haber perdido lo que tenía por culpa de mi atrevimiento. Ese día me prometí a mi mismo darle la felicidad que ella debía de tener... yo, moriría feliz si ella sonreía de nuevo. No me importaba nada de mí... solo ella.

Espero les haya gustado
¿Que opinan?
Saludillos

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