LOS OJOS QUE EMBRUJAN
Capitulo 9
Mi secreto revelado... mi dolor mas grande
-Que carajos ¿¡Par
de enfermos!?- Fueron las palabras que salieron de la boca del pelirrojo, me
tape la cara de la vergüenza; una de las manos del albino estaba bajo mi
remera, sus labios a los míos y aquella situación tan desesperante.
-P-Puedo explicarlo-
Lysandro estaba tan rojo de la vergüenza que era ligeramente gracioso, sus
mejillas sonrojadas y esa mirada un tanto desesperada.
-No me toques...
ahora, responde ¿Desde cuándo te gustan los tíos?- Pregunto Castiel asqueado
totalmente.
-No me gustan...
siempre me han atraído las jóvenes- Respondió Lysandro.
-Pues tenias tu
lengua en la garganta de Mark, eso explica demasiado ¿no crees?- Contesto
Castiel bastante asqueado, y, ligeramente gracioso.
-No la tenía ahí- Me
defendí... si dimos uno de lengua, pero, no me la metió hasta la garganta, eso
era exagerar.
-Oh diablos, no
digas nada... eres un asqueroso enclenque- Contesto el pelirrojo.
-¿Quieres la
verdad?- Le pregunte, si hablaba entonces dejaría de tomarnos por ‘Homos’.
-¿Cuál verdad? ¿Se
revuelcan aquí?- Respondió él.
-No... Esta verdad-
Baje las escaleras mientras me sacaba la remera, siguieron mis bermudas...
Lysandro había asegurado la puerta –Me inscribí aquí por error... he fingido
desde que llegue- Le dije bastante seria, sin bajarme las bragas.
-Mmm... Tengo mis
dudas- Castiel me examinaba con la vista -¿Me dejas tocar?- Típico de él, tocar
todo lo que sea XX en esta tierra.
-Ponle un dedo y
dejare de ser un caballero- Debo admitirlo, los celos de Lysandro resultaban
aterradores algunas veces.
-¿Guardas el
secreto?- Le pregunte.
-...- Ladeo su
cabeza de lado a lado.
-Por favor, nadie
puede saberlo... por favor, Castiel; te estoy suplicando en ropa interior ¿Qué
más quieres?- Adopte una voz de chica ‘sexy’ o eso creo en la última palabra,
luego sentí la mirada de Lysandro clavarse en mi espalda.
-Está bien, pero...
no aseguro un silencio total, recuerda que se me salen los secretos cuando me
enfurezco- Respondió y me abalance sobre él.
-Gracias, eres el
mejor amigo del mundo- Lo abrace con fuerza.
-Si las sabes
escoger bien, eh Lysandro- Se dirigió al albino cuando sentí un apretón en mi
trasero... si su mano tenía vida propia.
-¡Pervertido!- Lo
solté y le di una bofetada mientras me subía la ropa de nuevo. Mi secreto
permanecería en un cierto silencio; al oscurecerse el día salí del instituto
como cada noche. La moto de Rei de la cual el manejaba, que me llevaba a su
departamento para ‘la visita’ que era más que derrochar lujuria en lo ancho y
largo del lugar.
Nos estacionamos en
la acera, aseguro su moto en la verja, caminamos hasta la sala de estar y me
sentía un poco extraña; esa sensación de infidelidad me acusaba a cada segundo.
-¿Sucede algo? Mi-
Pregunto al verme ida en el espacio.
-N-no, nada- Me
sentía muy mal, ni cruzaba mis ojos a los suyos.
-No me mientas,
tontita, se que te pasa algo... ¿Qué es lo que te inquieta?- Tomo mis manos,
sus dedos jugueteaban a los míos, baje la mirada y mis lagrimas de dolor se
hicieron presentes. Sus manos liberando a las mías, acariciando mis mejillas,
secando cada amargura que recorría mi piel.
-Perdóname...- Se me
escapo un susurro, sus ojos revelaron el cómo se sentía; nunca había visto sus
ojos humedecerse a causa mía.
-¿Te gusta él? ¿Lo
amas? ¿Te ha dado la felicidad que nunca podre darte?- No, él no podía decirme
esas palabras o ¿sí? –No seas tontita, se que te gusta... incluso cuando lo
hacíamos ya sabía que pensabas en él antes que en mi- Sus palabras que ahogaban
un llanto, unas lagrimas que yo provocaba –Pero, protegerte es algo que siempre
hare... nunca podre dejar de...- Acerco su rostro al mío –De amarte- Sus labios
chocaron contra los míos, fue inevitable... reacción a su deseo, consentir a
sus intenciones... recuerdo aun sus manos mantener control sobre mí, cuando me
enloquecía su manera de hacerlo... con la sutileza de un caballero y la dulzura
de siempre. Ese movimiento de su cuerpo contra el mío, en el lugar que se diese
la situación... siempre sus manos en mi cadera, manteniéndome a merced suya...
fue extraño, lo disfrutamos, pero... nos dolía en el pecho sentirnos así... yo,
le había lastimado; él, no entendía mi rechazo así tan crudo.
...
Mientras jugueteaba
con su cabello, mi mente divagaba en cualquier cosa menos en la situación.
-¿Creíste que así
terminaría lo nuestro?- Esa pregunta me atravesó a la mitad, me despedazo
lentamente... las lagrimas se escurrían por mis mejillas.
-No... Creí que
moriría antes de ello- Fue mi respuesta, él se levanto y acerco su boca a la mía...
le correspondí aun cuando las lagrimas se nos eran imposibles de frenar. Su
boca se separo de la mía y recostó su cabeza de mi pecho, me abrazo y...
desahogo todo su dolor. Esa sensación de desesperación que se percibía, sentía
un nudo en mi garganta... no quería provocarle ese dolor... el rechazo del amor
de tu vida –Perdóname... no quería que...- No sabía que decirle, sus lagrimas
no frenaban y... nunca le había visto llorar, jamás.
Ya basta, no diré
mas de lo que paso... me duele el simple hecho de recordar lo que repetía para
mi, ‘Siempre te amare, no importa con
quien estés... solo quiero que seas feliz’... él valía mas que cualquiera,
pero... mi corazón había sido robado por el victoriano, sin darme cuenta.
...
En mi habitación del
instituto aun estaba asimilando lo que había pasado, vi a Lysandro entrar... me
sonrió, pero, no le devolví el gesto, me sentía tan deprimida que un gesto era
imposible de reflejar en mi. Escuche sus pasos, sus pies le condujeron hasta
mi... no decía ni una palabra, ni le veía.
-¿Qué le sucede?
Señorita- Me pregunto inclinándose un poco.
-... Yo lo hice
llorar... lo hice…- De nuevo estaba llorando... Lysandro intento abrazarme,
pero, de una bofetada lo aleje de mi –No me toques... por tu culpa lo perdí,
por tu culpa- Su mirada mostrada el desconcierto que estaba en él, no sabía la
razón por la cual actuaba de esa manera... no lo sabría si yo no le decía. En
ese punto solo quería irme de aquel lugar, alejarme de todo de una vez por
todas... correr a los brazos de Mark, sentir ese abrazo cálido que me brindaba
cuando me sentía derrotada y deprimida. Me puse de espaldas al albino y
sollozaba tapándome el rostro con las manos, su cuerpo me embistió con fuerza
dejándome en contra de la pared... de pecho a esta, de espaldas a él y sus
brazos que me rodeaban.
-No llore... las
lagrimas solo ensucian su rostro, no solucionaran nada- Frio, a veces se
mostraba insensible, pero, tenia razón... no podía enmendar nada si permanecía
llorando.
-Lysandro... acabo
de romper con mi novio- de inmediato me soltó, retrocedió un par de pasos y su
mirada estaba clavada en mí. Supe lo que por su mente cruzaba –Lo sabe...
rompimos porque... tú me gustas- Mis lagrimas huían con cada parpadeo. Sus ojos
reflejaban una pizca de molestia.
-Una dama no... Usted
no- Claramente lo entendió, yo me le entregue cuando le pertenecía a otro;
estuvimos juntos en clandestinidad.
-Ya lo se... lo
engañe... contigo... ahora sabes porque lloro... vete si deseas- No quería a
nadie cerca, lastimaría a quien fuese y eso paso... Lysandro retrocedió hasta
toparse con la escalera e irse... huyo, y, no le culpo... yo también me
aislaría para asimilar las cosas. En ese instante, donde me sentía tan
devastada... la puerta se abrió con fuerza y antes de levantar la mirada el
abrazo de Alexy me ataco con furia... le correspondí y mis lagrimas se
desahogar sin freno en su hombro.
-Acabo de ver a
Lysandro correr con la mirada llorosa por el pasillo... ¿Qué paso? ¿Qué sucedió
aquí? ¿Discutieron acaso?- Escuchar eso me partía el alma, Lysandro también
lloraba por mi culpa... soy un asco de persona.
Narra Lysandro
No podía creer lo
que decían sus labios... no era capaz de afrontar la realidad; yo, toque a una
dama que ya pertenecía a su caballero, soy un fiasco total. Mi vida se ha
venido abajo, solo he podido correr y con cada paso mis lagrimas caen a
cantaros, mi vista se nubla... mi visión es borrosa y consigo irme hasta el
baño, ingrese y cerrando la puerta, apoyándome de la pared he dejado salir
aquellos gritos desgarradores... no sabía que decir, o, que pensar; solo gritar
y llorar sin consuelo era las únicas acciones que aquietaban mi ira. Saber que
has acabado con la felicidad de quien amas, de a quien amo... y la tuya, todo
en un segundo es demasiado peso. No podía soportar esa carga, no quería vivir
un día mas con ese dolor... mis piernas desfallecieron y caí de rodilla al
piso; las lagrimas se empozaban a mis pies empapando la tela de mi pantalón.
-Lo siento...
perdóneme por... por amarla- Golpee la pared, pero, mi dolor no cesaba; la
acción repetitiva me lastimo la piel, la sangre que brotaba del agrietado... un
corte producto de los golpes a la solida pared. Sentir esa sensación de un
sufrimiento profundo, saber que he aniquilado con la vida de ellos... fui
ingenuo, me engañe a mi mismo... creí una mentira, y, sintiéndome así solo
quería golpear a la pared y hacerme daño, conseguir la manera de olvidar todo,
de regresar a la vida monótona de siempre... debía de... de olvidarla, dejarle
ser feliz, al lado de él... se lo merecía después de haber perdido lo que tenía
por culpa de mi atrevimiento. Ese día me prometí a mi mismo darle la felicidad
que ella debía de tener... yo, moriría feliz si ella sonreía de nuevo. No me
importaba nada de mí... solo ella.
Espero les haya gustado
¿Que opinan?
Saludillos
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