jueves, 1 de enero de 2015

Los Ojos que Embrujan; Capitulo 10

Los Ojos que Embrujan 
Capitulo 10 
De regreso a la vida 


Narra Lysandro
A la mañana siguiente no podía ni verle a la cara, sentía vergüenza de mi mismo por haber cometido tal bajeza. Me dirigí al baño y procedí a ducharme pero, el constante recuerdo de nuestra ‘aventura’ me estaba torturando.

-¿Por qué paso... todo esto?- Me pregunte mientras dejaba el agua correrme por el cuerpo –¿Tu los sabes acaso?- Volví a preguntar en silencio.

Termine de ducharme, salí y me vestí como cada dia. Mi necesidad de salir de la alcoba aumento cuando ella bajo las escaleras.

-Voy a salir- Le dije saliendo de la habitación, sin siquiera cruzarle la mirada. ¿Cómo me sentí? Pues, no sentí nada. Ni pena ni remordimiento.

Camine por el pasillo sereno y sin una sola pizca de arrepentimiento, alejarme era lo mejor o eso creía. Cruce al patio y suspire. La boca mía era amarga pero, no regresaba a buscarla, no podía, no después de lo que había sucedido.

Finalmente me senté en el suelo, contemplando el cielo despejado mientras estaba recostado de la pared.

Narra ‘Mark’
Estaba devastada, lo había perdido todo, y era culpa mía. Lysandro se mostraba frio e insensible, me ignoraba incluso, no me dirigía la vista ni se molestaba en notar mi presencia. Me sentía terrible, solo tenía los mensajes de Rei para mantenerme pero, eso no bastaba. Suspire en mi cama y tomando mi móvil salí de la habitación azotando la puerta. Camine por el pasillo con prisa, llegue a la puerta y la cruce sin pensármelo dos veces.

Vi a Lysandro, algo dentro de mí quería correr y abrazarlo pero, luego recordaba lo que le había hecho y lo evite. Camine por su lado sin decirle nada, ni verle. Corrí hasta la entrada principal y me salte la verja, caí en la acera y corrí más rápido. Recorrí calles y esquinas, buscaba algo, no lo sabía, solo quería salir del instituto y alejarme lo más que pudiera de él... su sola presencia me ponía aun peor.

-¡Te necesito, Mark!- Alce la voz ya sin fuerzas y me deje caer sentada a la acera, en silencio ya. Anhelaba a mi hermano pero, él no podía venir a mí, no era posible... él se había marchado para siempre.
-¿Mi-Mizuky?- Oí una voz, una que reconocería en cualquier parte. Un escalofrío me recorrió todas las vertebras, de arriba abajo, como un shock eléctrico.
-¡...!- Lo mire, en todo ángulo posible... era irreal, imposible de creer pero, se lo veía tan tangible que creí, confíe en lo que mis ojos veían.

Narra Lysandro

La vi correr, pasarme por un lado, sin verme. No sentí nada aun. Pero, por acto reflejo me dispuse a seguirla y saber a dónde iba con tanta prisa. Al encontrarla no pude creer lo que mis ojos estaban viendo, era ella, sentada en la acera y en frente suyo había un muchacho, uno que era su copia idéntica, en cada rasgo de su rostro, inclusive en la forma de vestir.

-¿M-Mark?- Ambos me dirigieron la vista y yo me quede de hielo.

Era una sensación alucinante y nueva. No estaba acostumbrado a encontrar personas tan parecidas, resultaba ilógico e irreal verles, eran idénticos, como dos gotas de agua.

Narra Rei
No recibía mensajes como esos a no ser que ‘él’ fuese el remitente pero, ya él se había ido... o eso creímos todos. Camine con prisa por mi departamento y tome las llaves de mi moto, salí, cerré la puerta y encendí mi moto, me subí y partí con prisa.

-¿Quién habrá escrito ese mensaje?- Me pregunte mientras conducía a toda velocidad, cruce en una esquina y frene en seco. No podía creer lo que estaba viendo... él, él estaba vivo o yo estaba alucinando.

Narrador Externo
Mi se quedo helada, observo a Rei frenar en la acera de enfrente y sacarse el casco, viendo atónito al muchacho en frente de ella, y quien no si le creyeron muerto.

-Ven- El misterioso joven le extendió la mano a la muchacha, ella se la tomo con temor y de un jalón la puso de pie –Perdóname- Le confesó con un ligero brillo arrepentido en la mirada.
-...- Ella estaba callada, inmóvil e incrédula -¿De verdad eres tú?- Pregunto, anonadada.
-Por supuesto, soy tu única copia y tú la mía, Mizuky- Él acaricio su mejilla, ella miro sus ojos y se abalanzo sobre su cuerpo, abrazándolo, aferrándose a él, sintiendo el calor natural de la vida que emanaba su piel.
-¿Esto es real?- Ella duda de lo que ve, de lo que siente al estar en sus brazos de nuevo.
-Por supuesto que lo es... perdóname por haberte abandonado- Oyó su voz, como un susurro al oído, con dulzura y confesando todo.
-No te vayas, nunca mas... mi Mark- Esconde su rostro en el pecho de su idéntico, su copia exacta... su gemelo.
-No lo haré, ya te he encontrado, no me iré nunca más- Rodea su cintura con sus manos.

De inmediato los otros dos muchachos se sintieron... ¿celosos?
Eso era, ver a quien querían en brazos de otra persona, resultaba terrible, aterrador, desagradable en gran manera. Lysandro no les apartaba la mirada y Rei, él solo observaba, en silencio perpetuo. Sin inmutar su rostro ni un segundo, ni un instante, solo viendo lo que sucedía.

Mizuky se separa de su copia exacta, con la cabeza agachada durante unos segundos, luego la levanto y le dirigió la mirada, sonrío y dio un par de pasos atrás.


-No me odies, por lo que hice- Se cubrió la cara con ambas manos.
-¿Qué paso?- Le pregunto descubriéndole el rostro.
-¿Ves al albino y a Rei?, a ellos les hice algo muy malo, algo malo- Le evito la mirada.
-¿Qué hiciste? Niña traviesa- Indago su gemelo.
-Los lastime, Mark… jugué con sus sentimientos, no sé qué hacer ahora, no quería destruirlos... fui una tonta- Se separo de él, sin verle, sin esforzarse por ello.
-Explícales lo que paso, y decide a quien quieres más. Discúlpate con ambos, eso debes hacer- Le dijo, un tanto serio y un poco frívolo.
-No sé cómo- Pensó Mizuky, dudando de sí misma.

La duda, el temor y el dolor se adentraron en lo más profundo de su ser. Enredándose con sus sentimientos y su cordura, con la realidad y la fantasía. Jugando con lo irreal y lo inexistente, retorciendo lo tangible con lo intocable.

¿Qué pasara con Mi? ¿Cómo es posible que Mark este con vida luego del accidente donde se presumió muerto? ¿A quién escogerá Mi? ¿Lysandro o Rei, a quien corresponde?

sábado, 30 de agosto de 2014

Los Ojos que Embrujan; Capitulo 9

LOS OJOS QUE EMBRUJAN

Capitulo 9
Mi secreto revelado... mi dolor mas grande

-Que carajos ¿¡Par de enfermos!?- Fueron las palabras que salieron de la boca del pelirrojo, me tape la cara de la vergüenza; una de las manos del albino estaba bajo mi remera, sus labios a los míos y aquella situación tan desesperante.
-P-Puedo explicarlo- Lysandro estaba tan rojo de la vergüenza que era ligeramente gracioso, sus mejillas sonrojadas y esa mirada un tanto desesperada.
-No me toques... ahora, responde ¿Desde cuándo te gustan los tíos?- Pregunto Castiel asqueado totalmente.
-No me gustan... siempre me han atraído las jóvenes- Respondió Lysandro.
-Pues tenias tu lengua en la garganta de Mark, eso explica demasiado ¿no crees?- Contesto Castiel bastante asqueado, y, ligeramente gracioso.
-No la tenía ahí- Me defendí... si dimos uno de lengua, pero, no me la metió hasta la garganta, eso era exagerar.
-Oh diablos, no digas nada... eres un asqueroso enclenque- Contesto el pelirrojo.
-¿Quieres la verdad?- Le pregunte, si hablaba entonces dejaría de tomarnos por ‘Homos’.
-¿Cuál verdad? ¿Se revuelcan aquí?- Respondió él.
-No... Esta verdad- Baje las escaleras mientras me sacaba la remera, siguieron mis bermudas... Lysandro había asegurado la puerta –Me inscribí aquí por error... he fingido desde que llegue- Le dije bastante seria, sin bajarme las bragas.
-Mmm... Tengo mis dudas- Castiel me examinaba con la vista -¿Me dejas tocar?- Típico de él, tocar todo lo que sea XX en esta tierra.
-Ponle un dedo y dejare de ser un caballero- Debo admitirlo, los celos de Lysandro resultaban aterradores algunas veces.
-¿Guardas el secreto?- Le pregunte.
-...- Ladeo su cabeza de lado a lado.
-Por favor, nadie puede saberlo... por favor, Castiel; te estoy suplicando en ropa interior ¿Qué más quieres?- Adopte una voz de chica ‘sexy’ o eso creo en la última palabra, luego sentí la mirada de Lysandro clavarse en mi espalda.
-Está bien, pero... no aseguro un silencio total, recuerda que se me salen los secretos cuando me enfurezco- Respondió y me abalance sobre él.
-Gracias, eres el mejor amigo del mundo- Lo abrace con fuerza.
-Si las sabes escoger bien, eh Lysandro- Se dirigió al albino cuando sentí un apretón en mi trasero... si su mano tenía vida propia.
-¡Pervertido!- Lo solté y le di una bofetada mientras me subía la ropa de nuevo. Mi secreto permanecería en un cierto silencio; al oscurecerse el día salí del instituto como cada noche. La moto de Rei de la cual el manejaba, que me llevaba a su departamento para ‘la visita’ que era más que derrochar lujuria en lo ancho y largo del lugar.

Nos estacionamos en la acera, aseguro su moto en la verja, caminamos hasta la sala de estar y me sentía un poco extraña; esa sensación de infidelidad me acusaba a cada segundo.

-¿Sucede algo? Mi- Pregunto al verme ida en el espacio.
-N-no, nada- Me sentía muy mal, ni cruzaba mis ojos a los suyos.
-No me mientas, tontita, se que te pasa algo... ¿Qué es lo que te inquieta?- Tomo mis manos, sus dedos jugueteaban a los míos, baje la mirada y mis lagrimas de dolor se hicieron presentes. Sus manos liberando a las mías, acariciando mis mejillas, secando cada amargura que recorría mi piel.
-Perdóname...- Se me escapo un susurro, sus ojos revelaron el cómo se sentía; nunca había visto sus ojos humedecerse a causa mía.
-¿Te gusta él? ¿Lo amas? ¿Te ha dado la felicidad que nunca podre darte?- No, él no podía decirme esas palabras o ¿sí? –No seas tontita, se que te gusta... incluso cuando lo hacíamos ya sabía que pensabas en él antes que en mi- Sus palabras que ahogaban un llanto, unas lagrimas que yo provocaba –Pero, protegerte es algo que siempre hare... nunca podre dejar de...- Acerco su rostro al mío –De amarte- Sus labios chocaron contra los míos, fue inevitable... reacción a su deseo, consentir a sus intenciones... recuerdo aun sus manos mantener control sobre mí, cuando me enloquecía su manera de hacerlo... con la sutileza de un caballero y la dulzura de siempre. Ese movimiento de su cuerpo contra el mío, en el lugar que se diese la situación... siempre sus manos en mi cadera, manteniéndome a merced suya... fue extraño, lo disfrutamos, pero... nos dolía en el pecho sentirnos así... yo, le había lastimado; él, no entendía mi rechazo así tan crudo.

...

Mientras jugueteaba con su cabello, mi mente divagaba en cualquier cosa menos en la situación.

-¿Creíste que así terminaría lo nuestro?- Esa pregunta me atravesó a la mitad, me despedazo lentamente... las lagrimas se escurrían por mis mejillas.
-No... Creí que moriría antes de ello- Fue mi respuesta, él se levanto y acerco su boca a la mía... le correspondí aun cuando las lagrimas se nos eran imposibles de frenar. Su boca se separo de la mía y recostó su cabeza de mi pecho, me abrazo y... desahogo todo su dolor. Esa sensación de desesperación que se percibía, sentía un nudo en mi garganta... no quería provocarle ese dolor... el rechazo del amor de tu vida –Perdóname... no quería que...- No sabía que decirle, sus lagrimas no frenaban y... nunca le había visto llorar, jamás.

Ya basta, no diré mas de lo que paso... me duele el simple hecho de recordar lo que repetía para mi, ‘Siempre te amare, no importa con quien estés... solo quiero que seas feliz’... él valía mas que cualquiera, pero... mi corazón había sido robado por el victoriano, sin darme cuenta.

...

En mi habitación del instituto aun estaba asimilando lo que había pasado, vi a Lysandro entrar... me sonrió, pero, no le devolví el gesto, me sentía tan deprimida que un gesto era imposible de reflejar en mi. Escuche sus pasos, sus pies le condujeron hasta mi... no decía ni una palabra, ni le veía.

-¿Qué le sucede? Señorita- Me pregunto inclinándose un poco.
-... Yo lo hice llorar... lo hice…- De nuevo estaba llorando... Lysandro intento abrazarme, pero, de una bofetada lo aleje de mi –No me toques... por tu culpa lo perdí, por tu culpa- Su mirada mostrada el desconcierto que estaba en él, no sabía la razón por la cual actuaba de esa manera... no lo sabría si yo no le decía. En ese punto solo quería irme de aquel lugar, alejarme de todo de una vez por todas... correr a los brazos de Mark, sentir ese abrazo cálido que me brindaba cuando me sentía derrotada y deprimida. Me puse de espaldas al albino y sollozaba tapándome el rostro con las manos, su cuerpo me embistió con fuerza dejándome en contra de la pared... de pecho a esta, de espaldas a él y sus brazos que me rodeaban.
-No llore... las lagrimas solo ensucian su rostro, no solucionaran nada- Frio, a veces se mostraba insensible, pero, tenia razón... no podía enmendar nada si permanecía llorando.
-Lysandro... acabo de romper con mi novio- de inmediato me soltó, retrocedió un par de pasos y su mirada estaba clavada en mí. Supe lo que por su mente cruzaba –Lo sabe... rompimos porque... tú me gustas- Mis lagrimas huían con cada parpadeo. Sus ojos reflejaban una pizca de molestia.
-Una dama no... Usted no- Claramente lo entendió, yo me le entregue cuando le pertenecía a otro; estuvimos juntos en clandestinidad.
-Ya lo se... lo engañe... contigo... ahora sabes porque lloro... vete si deseas- No quería a nadie cerca, lastimaría a quien fuese y eso paso... Lysandro retrocedió hasta toparse con la escalera e irse... huyo, y, no le culpo... yo también me aislaría para asimilar las cosas. En ese instante, donde me sentía tan devastada... la puerta se abrió con fuerza y antes de levantar la mirada el abrazo de Alexy me ataco con furia... le correspondí y mis lagrimas se desahogar sin freno en su hombro.
-Acabo de ver a Lysandro correr con la mirada llorosa por el pasillo... ¿Qué paso? ¿Qué sucedió aquí? ¿Discutieron acaso?- Escuchar eso me partía el alma, Lysandro también lloraba por mi culpa... soy un asco de persona.

Narra Lysandro
No podía creer lo que decían sus labios... no era capaz de afrontar la realidad; yo, toque a una dama que ya pertenecía a su caballero, soy un fiasco total. Mi vida se ha venido abajo, solo he podido correr y con cada paso mis lagrimas caen a cantaros, mi vista se nubla... mi visión es borrosa y consigo irme hasta el baño, ingrese y cerrando la puerta, apoyándome de la pared he dejado salir aquellos gritos desgarradores... no sabía que decir, o, que pensar; solo gritar y llorar sin consuelo era las únicas acciones que aquietaban mi ira. Saber que has acabado con la felicidad de quien amas, de a quien amo... y la tuya, todo en un segundo es demasiado peso. No podía soportar esa carga, no quería vivir un día mas con ese dolor... mis piernas desfallecieron y caí de rodilla al piso; las lagrimas se empozaban a mis pies empapando la tela de mi pantalón.

-Lo siento... perdóneme por... por amarla- Golpee la pared, pero, mi dolor no cesaba; la acción repetitiva me lastimo la piel, la sangre que brotaba del agrietado... un corte producto de los golpes a la solida pared. Sentir esa sensación de un sufrimiento profundo, saber que he aniquilado con la vida de ellos... fui ingenuo, me engañe a mi mismo... creí una mentira, y, sintiéndome así solo quería golpear a la pared y hacerme daño, conseguir la manera de olvidar todo, de regresar a la vida monótona de siempre... debía de... de olvidarla, dejarle ser feliz, al lado de él... se lo merecía después de haber perdido lo que tenía por culpa de mi atrevimiento. Ese día me prometí a mi mismo darle la felicidad que ella debía de tener... yo, moriría feliz si ella sonreía de nuevo. No me importaba nada de mí... solo ella.

Espero les haya gustado
¿Que opinan?
Saludillos

martes, 12 de agosto de 2014

Los Ojos que Embrujan; Capitulo 8

 
LOS OJOS QUE EMBRUJAN
 
Capitulo 8
¿¡No cerraste la maldita puerta, Lysandro!?
Desperté en mi cama del instituto, con la cabeza que me parecía estallar y... mi cama se sentía muy pequeña... no, no es pequeña, hay algo mas aquí; me he girado y casi me da un infarto cuando vi al albino dormir abrazado a mi cuerpo, a mi lado en ¡La misma cama!
Mi repentina movida del cuerpo lo hizo despertarse.
-Mark ¿estás despierta?- Pregunto medio adormilado, santo cielo... se le veía tan... tan deseable, era inevitable no desear su cuerpo al estar así de cerca suyo. Sintiendo el calor de su cuerpo, si, con cada segundo en donde no podía dirigirle una palabra, mi cuerpo comenzaba a encenderse.
-¿Q-que haces e-en mi c-cama?- Grandioso, estoy tartamudeando de nuevo.
-No puedo dormir- Ya, no sigas que me muero de ganas... no sé en qué momento le empecé a desear con solo oírle la voz.
-¿P-porque?- Pregunte aun nerviosa y él se acerco mas, posando dos dedos en mis labios sin apartar sus ojos de los míos.
-Tengo pesadillas... es vergonzoso decirlo- No puede estar mintiendo, no con esa mirada tan infantil -¿Me dejaría pasar el resto de la noche con usted?- No quiero rechazarle, pero...
-Va-vale- Estúpida, no le digas que si así no más.
-Gracias...- Sus dedos me rozan los labios y en segundos los suyos me los aprietan con dulzura... una de sus manos baja por mi pecho hasta encontrarse con su objetivo, no sé, pero, pareciera como si ambos supiésemos cuando queremos del otro, de su cuerpo, de su piel, de su todo. Las temperaturas van en aumento, estamos en problemas si no nos detenemos ahora, pero, no quiero parar, quiero que continúe, quiero sentir de nuevo lo que me hizo experimentar en la ducha, que deje su caballerosidad a un lado y que sea el rebelde que no respeta las reglas de ‘el baño’.
 
Mis manos le sujetan las solapas del ‘cuello’ de su camiseta-piyama; necesito tenerlo así cada dia, cada noche, en cualquier momento de mis días...
Hemos parado, me tiembla el cuerpo, no puedo sacar mis ojos de los suyos...
-Lo siento... yo... discúlpeme- Se ha bajado de la cama como un rayo bajando las escaleras, no, no te vayas aun. He salido de la cama también, no está en su cama... ya sé donde estas, me he acercado a la puerta de la ducha.
-¿Lysandro?- He preguntado a ver, si esta aquí.
-...- Silencio... he suspirado para volver a mi cama cuando me han cogido de la muñeca y me han llevado dentro de la ducha, me  ha puesto contra la pared para comenzar a besarme... le correspondido mientras empezamos a deshacernos de nuestra ropa... parecía que el deseo era más fuerte que nuestra ‘fuerza de voluntad’, esa fue una noche agitada.
...
En clase, luchaba por mantenerme despierta, me dolía todo el cuerpo; no saben cuánto paso en ese baño... cuanto probamos y experimentamos, estábamos muy locos.
-Mark, presta atención- Me susurraba Alexy por detrás.
-Aja, aja... presto atención- Era inútil no podía mantenerme despierta.
-¡Kassius a la pizarra!- La voz del profesor me hizo despertarme de golpe.
-No me toques la...- Oh diablos, acabo de gritar eso, alguien máteme...
-Joven Kassius, prosiga- Ese momento donde es mejor salir corriendo saltándote los pupitres como un gato montés, si, corrí como alma que lleva el diablo saliendo del salón como el ‘más loco del instituto’.
Corrí en busca de los vestidores del gimnasio, ese era mi escondite predilecto... llegue ahí y me encerré, me senté en un rincón y trataba de despertarme de esta pesadilla tan vergonzosa.
-¿Mark?- Fabuloso, Lysandro también escucho eso, mátenme ahora.
-...- Vete por donde viniste, no quiero verte la cara, soy una vergüenza ambulante. La puerta se abre y escondo mi rostro, no quiero que me vea... esto es demasiado penoso. Se ha arrodillado hasta estar a mi altura y me levanta el rostro con sus manos.
-¿Por qué se esconde?- No te hagas el que no sabe.
-...- No puedo responderle, lo he intentado y me ha callado con sus labios; la puerta cerrada con el ‘pasador’ y comienza a buscar bajo mi remera, de nuevo, no puedo detener esto... no sé, no quiero dejar de sentir lo que él despierta en mi.
...
Narra Lysandro
¿Qué esconde detrás de su sonrisa? ¿Detrás de la máscara ‘Mark’? ¿Qué hay escondido detrás de su mentira?
No se tu nombre, a todos les dices que te llamas ‘Mark’, pero, no te creo... sé que hay algo mas detrás de ese nombre, mas allá de la lapida, de esa inscripción en piedra. Aquí estoy, en mi cama escribiendo en mi amada libreta, la que guarda mis secretos y mis deseos sin luz. Ella, está dentro del baño, dándose una ducha o pasando el tiempo simplemente; no puedo dejar de pensar en la noche... gloriosa noche donde su piel me saco de mi cama, de las sabanas y me arrastro a su lado... a donde mis dedos perdían gentileza, el respeto se decidió marchar dejándome solo... hundido en el abismo... la naturaleza humana, el instinto mismo fue quien me manipulo, usando mis dedos que con travesura recorrían su piel... esa piel que otro ah tocado, sentido y besado, probado y acariciado. Cuanta lascivia me hundía, me oprimía y resistía sin saber si podría... resistía al deseo de tomarle en posesión, pero, ella estaba dormida, eso no era correcto... estaría abusando de su persona si me dejaba llevar, pero, nadie decía que no podía tocarle, sentir el calor de su cuerpo mientras ella descansaba. ¿Cuánto podría permanecer dormida? ¿Cuánto tiempo resistiría su cuerpo a la provocación?
Quise probar hasta donde podía llegar, mis dedos bajaban y subían, recorrían cada tramo de su cuerpo con lentitud, con suavidad, curioso y travieso paseándome por su piel... mi mente fantaseando con ella, con su hermosura y lo prohibido que representaba el poseerla. Que fuese mía, solamente de mi propiedad. No puedo sacarle de mi mente y mil y un ideas me contaminan el pensamiento, pierdo sensibilidad, quiero ser lo que usted desea... una persona sin miedo a contradecir las reglas, que se salte las responsabilidades, que se tome el atrevimiento de usurpar su inocencia, que hurte sus temores y le saque las sonrisas que el destino le arrebato.
Por usted yo cambiaria el ser un caballero, por ser el rebelde sin miedo que le fascina.
Sale de la ducha vestida como un ‘chico’, cuanto quisiera verla vestir como una jovencita, como lo que es... muero de ansias por verle vestir como una chica, a su estilo, con su sonrisa...
Se sonríe traviesa subiendo a su cama, cuanto quisiera subir y quedarme a su lado... si no me arriesgo, no obtendré nada; he subido y la observo sentada en el colchón, se coloca gafas y saca un libro bajo su almohada, ha notado mi presencia.
-¿Q-que haces a-aquí?- Me agrada escucharle tartamudear, con sus mejillas sonrojadas.
-... Estaba aburrido- Me he tomado el atrevimiento de sentarme a su lado -¿Qué lee?- Indago sin sacarle la mirada de encima.
-E-es un libro que compre... hace mucho... no le termino, no quiero acabarlo- Su mirada ha perdido brillo.
-¿Por qué?- No me agrada verle entristecerse.
-Mi hermano lo leía para mi... terminaría de leerlo en nuestro cumpleaños, pero...- Se ha detenido, cierra el libro y me evade la mirada.
-¿Qué sucede?- No me agrada que se entristezca.
-Nada...- Está mintiendo, aun cuando parece que dijera la verdad, solo, me engaña.
-¿Por qué miente?- Podrá decir la razón o mentira de nuevo.
-...- No puede, no lo hará... no importa las veces que intente saber la razón, el motivo de su mentira. La he abrazado, sin deseos de dejarle ir, sin una razón aparente para ello... solo quiero que sea feliz, que conserve su felicidad, su esencia... lo que siempre ha sido. No deseo verla entristecerse de esa manera; cada conversación nos lleva al mismo final, sus lagrimas... su tristeza, su dolor... su pasado, el que le persigue y no le deja alejarse del recuerdo. Ese ‘cumpleaños’ esconde la razón de su mentira, es el dia en donde su ‘falsa’ vida comenzó, en donde la máscara ‘Mark’ cubrió su rostro -¿Por qué siempre te quedas aquí? ¿Por qué no te vas?- Pregunta sin dirigirme la mirada, aun me evade.
-Ya se lo dije antes; me quedare aquí hasta que deje ir el pasado, cuando al fin sea libre... y pueda sonreír con plena sinceridad, sin esconder nada... permaneceré a su lado hasta que sea usted, la chica que sobrevivió al accidente- Sus manos han apretado mis antebrazos, ya he llegado demasiado lejos en sus recuerdos –La que es feliz, la que sonríe, la que ríe y la que nos une a todos con una simple ordenanza... a la que quiero proteger, a la que... a la que amo- Se ha relajado un poco, pero, aun no me dirige la mirada... ¿me odia?
-¿Cómo puedes decir eso de mi?... solo mírame, soy una mentira, una falsa... soy todo lo que odio... me odio, soy una ment- No la puedo dejar continuar, no puede seguir haciéndose daño.
-No, no lo es... solo... solo no sabe cómo seguir, como será el dia siguiente; lo que paso le ha dejado en blanco, sin conocimiento para continuar... para proseguir con cada dia, con cada semana, con cada mes... pero, estoy seguro que si puede seguir. Puede salir y demostrarle al mundo que no se derrumbara, que no se quedara rendida... que no...- La puerta se abre de un portazo rápido y seco.
-Oigan nos están llaman...- Oh no, ¿Que hemos hecho? ¿Qué hice al no cerrar la puerta con el ‘pestillo’?... ¡Nos han descubierto!
 
Ojala les haya gustado
¿Que opinan?
Saludillos
 
No se olviden de comentar, su opinion es muy importante para mi... ;3;
 
PD: EL famoso campamento se acerca y... con ello las chicas del Sweet Girl se reunen con los chicos de Sweet Boys; asi que, las chicas que deseen emparejarse con alguno de los chicos de cdm debe notificarmelo en los comentarios... y, apresurense, porque, pueden quitarles a su chico...

martes, 5 de agosto de 2014

Los Ojos que Embrujan; Capitulo 7

LOS OJOS QUE EMBRUJAN

Capitulo 7
Besos de un Caballero Rebelde

Sus dedos decidieron limpiarse al frotarse contra su jean; su mano en mi ‘restricción’ bajo mas quedando bajo mi cuerpo y solté sus labios para jadear. Una sonrisa picara se le dibujo en el rostro y paso su brazo detrás de mí para alzarme sin dejar de acariciarme en ‘ya saben donde’; le abrace y me mordía los labios con cada movimiento de sus dedos, caricias que despertaban una a una las sensaciones dormidas dentro de mí. De un segundo a otro me puso contra la pared y mi cuerpo se sujetaba de sus caderas, su mano subió y comenzó a deshacerse de mi sujetador mientras besaba mi cuello... yo suspiraba y comenzaba a sudar.

-H-házmelo... por favor házmelo- Estaba en el límite, anhelaba que tomara posesión de mi cuerpo y así lo hizo; bajo la cremallera de su pantalón y con rapidez me saco las bermudas y las bragas. Se deslizo lentamente dentro de mi cuerpo y mi cuerpo se estremecía, acerque su rostro al mío y comencé a besarlo, deseaba mucho más... Mis piernas le apretaban cuando bajaba y subía mi cuerpo, explorando cada parte de mí desde adentro... Su lengua traviesa jugando con la mía, en un mar de sensaciones... dejando la libido al descubierto. Necesitaba aire y separe mi boca de la suya, un delgado hilo de saliva unía nuestros labios inferiores, nuestros ojos reflejaban el deseo que sentíamos por el cuerpo del otro.
-Dame lengua- Jadeo en el clímax de su excitación tomando mi boca en sus dominios, su lengua se paseaba dentro de mí, pero, no le dejaría el control tan fácilmente; la mía se unió al juego por ‘quien tiene el dominio sobre quien’. Sus brazos me presionaron contra su cuerpo con más fuerza y en segundos caímos sobre la cama sin separarnos del cuerpo del otro, nuestra lujuria derrochada en las sabanas... se me escapaban los suspiros cuando se movía con mayor fuerza y más rapidez, me gustaba, lo disfrutaba. Le pedía más, mucho mas... no me complacía aun. Jadeábamos, respirando el mismo aire... ardiendo en deseo, devorándonos completamente... Mis manos se paseaban por su torso tan bien definido que los suspiros eran inevitables, el sudor recorre su cuerpo y se estremece como yo –M-mi...- Tartamudeaba a medias mi antiguo nombre, eso significaba que estaba por ‘correrse’.
-Ha-hazlo...- Le autorice y sentí esa humedad inundarme el interior de mi cuerpo, apreté las sabanas a la par de su vientre rozando el mío. Lento... sus caderas se alentaron de a poco, pero, en un segundo me embistió con fuerza y eso me hizo soltar un pequeño grito pronunciando su nombre; me encantaba que fuese así conmigo... que complaciese todos mis deseos. Su piel se encendía con la mía, sus labios me devoraban completamente... estuvimos haciéndolo por horas.

...

En mi cómoda cama del instituto, mi mente gira en torno a Rei, mi piel desea revivir las sensaciones que despertó hace un día mi amado. He comenzado a sentir como si estuviese montando de nuevo, no, debo apagarme el deseo ahora... baje las escaleras a fin de darme una ducha, cogí la toalla y algo de ropa, abrí la puerta del baño y... ¿¡Qué coño haces aquí Lysandro!?

Si, lo encontré a medio ducharse y cerré la puerta de golpe, no puedo sacar su mirada de mi cabeza, una mirada sorprendida y su cuerpo totalmente desnudo... mojado y desnudo victoriano... ¡Ya basta!, esto solo estaba de mal en peor. Primero se me subían las hormonas y para rematar veía a Lysandro como Adán... mi vida es terrible. La puerta del baño se abre y no quiero ni verlo, he intentado huir, pero, me ha jalado de la muñeca metiéndome junto con él a la ducha; solo una toalla le cubre ‘sus intimidades’. Sus ojos reflejan el mismo deseo que Rei.

-Ly-Lysandro- Comencé a tartamudear, genial... van a violarme.
-...- No contesto, sutilmente acerco su rostro al mío posando sus labios en los míos, cálidos y húmedos... irresistible forma de besar es la que posee... cedí a él, le correspondí; sus manos comenzaron a bajarme el pantalón de tela sencilla del cuerpo, supe lo que quería y le ayude a hacerlo... le tire de la toalla y me alzo en sus brazos sin separar sus labios de los míos, su lengua paso a saludar a la mía, la mía jugaba con la suya. Las temperaturas iban en aumento y en un segundo tomo la posesión de mi cuerpo... no sé qué pasa conmigo, me estoy entregando al victoriano sin darme cuenta, quizás es el deseo sin control que se ha apoderado de mi. Sus movimientos son dulces y atrevidos, me gusta... me ha comenzado a fascinar su exploración dentro de mí, no lo resisto, quiero gritar tu nombre... ¿Quién te enseño a hacerlo tan bien?

Caballero cargado de lujuria, derróchala en mí las veces que desees. Sus manos sujetan con firmeza mi cadera, me hacen subir y bajar, suspirar y jadear... Mi cuerpo se estremece con cada movimiento suyo, me he olvidado del universo a mi alrededor y del peligro de ser encontrados por alguno del instituto; disfruto cada movimiento que realiza su ‘amigo’ dentro de mi cuerpo, le sonrió con lascivia cuando nos tomamos unos segundos para respirar... De un momento a otro estamos en la cerámica del baño, tumbados y jadeando, con su cuerpo sobre el mío, sin alejarse de mi piel y sus labios devorándome.

Su cuerpo se crispa y me incita cada sensación que me despierta, ‘su amigo’ es la llave que abre los cerrojos de la pasión de mi interior; se mueve sobre mí y le aprieto los hombros reprimiendo los gritos en el borde del placer que despierta en mí. Lentamente sus ojos se entrecierran y sus labios se devoran los míos al ‘correrse’ en mi... mi vientre se acerca al suyo violentamente, me tiembla el cuerpo... Más, dame más de ti... más de tu cuerpo.

...

Mi cabeza da vueltas, no puedo creer lo que hice... estuve con Rei y al día siguiente lo hice con Lysandro; soy una persona horrible... aunque, estoy segura que Alexy me estará envidiando si se enterase.

-Y esa sonrisa picara ¿Por qué?- Me pregunta el peli azul al oído.
-Nada... no pienso en nada- Este tío tiene poderes psíquicos.
-No te creo... ven, dímelo- Me ha cogido del brazo llevándome a su cuarto con rapidez, no pude objetarle o zafarme de él. -¿Qué te tiene tan sonriente?- Indagaba curioso el muchacho.
-No voy a decirte- Idiota, ya me había delatado.
-Ah... si paso algo, dímelo, anda dímelo...- Estaba suplicando y usaba su mirada de ‘cachorrito mojado’ para tentarme.
-Está bien- No pude resistir a su ternura –Rei y yo... pues, lo hicimos... fue de maravilla y hace un rato en mi cuarto... pues... Lysandro se estaba bañando y...- Alexy de inmediato supo lo que trataba de decir.
-¿Lo hiciste con él?- Me sacudía de los hombros.
-...- Solo asentí con la cabeza.
-Que afortunada eres- Hizo un puchero.
-No digas eso, me siento mal... estoy engañándoles a ambos- Si, era una maldita perra, pero, era maldita perra con mayor suerte de la tierra Jajaja
-No exactamente, solo estas confundida- Me dijo ya poniéndose más serio, y, eso no era común.
-Eres mi mejor amigo- Lo abrace y por si fuese poco el chico que le gustaba a Alexy abrió la puerta y vio la escena.
-Armin tienes mis rodille...- Nos miro y su rostro se torno muy asqueado; la cara de Alexy estaba tan roja que podría freír un huevo sobre su cabeza. -¿Ok?- Cerro la puerta y Alexy se puso de pie.
-E-espera Kentin, yo te lo explico... no es como tú crees- Parecía una chica atrapada en infidelidad de su novio, pero, Kentin y Alexy solo eran compañeros de clase. Alexy comenzó a buscarle y Kentin le decía que le dejase en paz, que era un anormal y que quería que todos se lo tiraran, era demasiado brusco al explicarle el asunto... Alexy, él era como un niño.

Los seguí de cerca y sigilosamente a fin de que no fuesen a lastimar a mi amigo.

-Aléjate de mi marica- Le decía Kentin.
-No es mi novio entiéndelo, somos amigos- Se excusaba Alexy.
-¿Por qué me dices estas cosas?- El castaño le confronto.
-...- Alexy guardo silencio.
-Escúpelo o te hare llorar marica- El militar le exigía la ‘verdad’.
-¡Me gustas!- Alzo la voz y su rostro se enrojeció.
- Este enfermo- Lo empujo a las taquillas con rabia el muchacho.
-Te dije que me gustas- Alexy estaba loco, lo jalo de la chaqueta blanca y... asco... lo había besado y de un puñetazo lo hizo caer al piso escupiendo sangre, iba a matarlo a golpes, e intervine recibiendo uno de esos puñetazos en la cara... todo se oscureció.

Desperté con la cabeza vendada en mi cama, me precipite y sentía punzadas en toda la cara.

-¿D-donde está Alexy?- Necesitaba oír algo bueno de parte de alguien, necesitaba saber que había pasado con el peli azul.
-Aquí estoy... aquí estoy, Mark- Lo visualice y aparte del labio partido, uno que otro moretón en su alegre rostro, con su mirada ilusionada me miraba.
-Creí que...- El peli azul me interrumpió.
-¿Qué había muerto?, No tonto, él se fue corriendo cuando caíste inconsciente al piso... esta en detención por agresión, iba a ser expulsado, pero, mentí por él- Se me acerco para susurrarme las últimas palabras. No había nadie más a mi alrededor y note mejor el lugar, era la enfermería.
-Estás loco ¿Lo sabías?- Le dije intentando sonreír.
-Las mejores personas lo están- Se sonrió imitando la voz del ‘sombrerero’ de Alice in Wonderland. Reímos juntos en esa blanca y lúgubre habitación de la enfermería escolar.

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Saludillos

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domingo, 3 de agosto de 2014

Reflejos; Capitulo 12 "Final"

REFLEJOS

Capitulo 12
Chris... se llamara Chris

Cassy se levanto de la cama que ahora compartía con el pelirrojo, el padre del bebe que en su vientre se está gestando. En su límite de embarazo, con fecha de parto... ella camina a la cocina para preparar el desayuno, abre la nevera y una fuerte punzada la hace hincarse, pero, no cae. Se sujeta del mesón y el dolor en su vientre aumenta.

-¡CASTIEL!- Sus ojos se cargan de lagrimas, ella llama al padre de su bebe a todo pulmón, a tanto como pueden sus pulmones.

Narra Castiel
Oí a Cassy gritar con desesperación mi nombre y salí de la cama con prisa, al busque y al llegara a la cocina la vi, cruzando sus piernas, parada y con aflicción en su rostro... mi amada lloraba. Un líquido transparente se escurría de su entrepierna, humedeciéndole las piernas y empozándose bajo sus pies.

-E-estas... ¿Menstruando transparente?- Eso no era lógico, las chicas no menstrúan transparente, pero, esto parecía que así fuera... estaba menstruando transparente.
-I-idiota... ¡No estoy menstruando transparente pendejo!, ¡Sirve de algo y llama a una puta ambulancia o llévame al maldito hospital, pedazo de mierda!- Ok, no menstrua transparente... evadí pensamientos por el momento y la cargue en mis brazos, ella estaba llorando y sudaba, temblaba y se cuerpo se sentía demasiado frio. La subí al auto, que me obligo a adquirir hacia dos semanas. Encendí motores y pise el acelerador para llegar al hospital cuanto antes; solo lleve su bolsa con algunas cosas que había preparado para ‘el nacimiento’. Mientras conducía ella lloraba y entre lagrimas me insultaba, numerosas veces; guarde silencio y espere a que se calmase, pero, eso la hizo irritarse más.

...

La desesperación me invadía en la sala de espera, no puedo resistir un segundo mas... nadie me da noticias de su estado o el del bebe; comencé a pensar en lo peor, fue el peor momento de mi vida... ¿Y si no podía y moría en el parto? ¿Y si el bebe moría o nacía sin vida? ¿Y sin morían ambos?

Sentía escalofríos de solo pensar en oír la palabra ‘muerte’.

Me tocan el hombro y me gire de inmediato.

-¿Usted es el padre?- Me pregunto la enfermera.
-Aja ¿Ella está bien? ¿Cómo está el bebe?- Si a alguno de los dos les acontecía algo... yo no podría vivir con el peso de la culpa.
-Ellos están bien- Me sonrío –Venga- Me indico la puerta por donde había entrado mi amada en la camilla; entre y la vi... esa imagen es mi recuerdo más valioso... ella estaba acostada en la camilla dándole el pecho al infante en sus brazos.

-Pasa... ¿acaso tienes miedo?- Me invitaba su seductora voz.
-... ¿C-como te sientes?- Camine a ella hasta sentarme a su lado en una de las sillas.
-¿Tu como crees que me siento?- Me pregunto sarcásticamente.
-Solo preguntaba- No sé, pero, sus pechos se veían realmente deseables así, a medio cubrir por una manta.
-¿Quieres sostenerlo?- Su voz me saco de mi trance fantasioso.
-Eh...- Esa fue mi reacción.
-Deja de mirarme los pechos... pervertido, ¿Quieres sostenerlo?- Me pregunto de nuevo.
-N-no sé, digo... se ve demasiado frágil, no quiero lastimarlo- Bien, mi sensibilidad algún día debía aparecerse.
-Pendejo no lo dañaras, ven, sostenlo- Ella se acomodo un poco y me coloco al bebe en el regazo, estaba envuelto en una manta y su cabello era tan rojizo como el de ella. Se lo veía indefenso y... ¿Tierno?, si, definitivamente se lo veía muy tierno. Lentamente decidí sostenerlo como ella cuando le daba de comer; con él en mis brazos, sonreí al observar el fruto de tantas travesuras. -¿Qué nombre quisieras ponerle?- Me pregunto.
-No lo se... llamémoslo como tú quieras- Ella seria quien lo nombraría.
-Chris... se llamara Chris- Dijo mirándole.
-Te amo, Cassy- Se me escaparon las palabras.
-También te amo, Castiel- Me jalo del cuello de la remera y sus labios se unieron a los míos. La sensación fue mágica, con dulzura y con deseo; así es como me gusta y así es como es ella. Terminar mi vida a su lado fue algo que nunca creí posible, pero, soñé con estar así desde el primer instante en donde la vi; desde que la pude arrinconar en el salón el primer día de clases, en donde nos besamos desenfrenados y con las hormonas descontroladas. Ese día lo hicimos por primera vez en las duchas del colegio, su esencia corporal no me permitía alejarme de ella y aun permanezco  a su lado... quiero terminar mis días con ella, a su lado, ir juntos a la eternidad. Aun me enciende su mirada y sus besos me enloquecen.

5 años después
Henos aquí, ya pasada la media noche, nuestro hijo... inocente, durmiendo en su cama, en su cuarto y nosotros en mi cuarto encendiendo al otro. Cada día necesito de ella, de su aroma, de su mirada, de sus caricias, de su compañía, de su cuerpo... esta noche acabara como las demás, en lujuria desenfrenada. Le saque la corta camiseta de tirantes dejando sus pechos al descubierto, no puedo apartar mis labios de los suyos, nos atraemos el uno al cuerpo del otro; sus manos buscan mi entre pierna con picardía al acariciarme el torso entero y descender por mi piel. Sus dedos se adentran en mi ‘zona restringida’, que bien se sienten sus caricias en ‘ya saben donde’... no podre soportar un segundo más, la necesito poseer... ¡Ahora!

Le saco las bragas con cierta desesperación por tener el control de su cuerpo de nuevo, le sujeto la cadera para atraerla a mí, solo un poco más. Sus manos suben a mis hombros, es el momento de satisfacer sus deseos y los míos. Echa su cabeza para atrás dejando huir ese hermoso gemido de sus labios, sus caderas se mueven en las mías, con ternura, con deseo, con lascivia y sus labios me están invitando a poseerlos de nuevo.

No pretendo separarme de su ser, nunca jamás... si algún día moriré, ojala sea haciéndoselo... será la mejor manera de irme de este mundo. El sudor humedece su piel y me separo para coger aire, un delgado hilo de saliva une nuestras bocas... jadeamos en el clímax del deseo sin control, no lo resisto mas, necesito devorar sus labios... ella muerde los míos y su vientre se roza con el mío. Su cuerpo se estremece como la primera vez que lo hicimos. Sin pensar en lo que hago, desahogo mis ansias por ella en el interior de su cuerpo, humedeciéndola y ella gime de nuevo. Cogemos la boca del otro y nos devoramos con lujuria, como si el mañana no llegara nunca; sus dedos se apoderan de los míos y su otra mano juguetea con mi cabello. Mi mano la mantiene tan cerca de mí que compartimos el mismo aire. Quiero permanecer a tu lado por siempre, sentirme así cada día, esa sensación de... amor, que nunca pensé sentir alguna vez. La necesito en cada instante de mi vida, daría mi vida por ella si es necesario.

Ella estaba durmiendo en mi pecho, sudada y agotada... acariciaba su rostro son delicadeza y una sabana a medias nos cubre los cuerpos, con su inocencia marcada en tramo de su cuerpo, aunque, lo que hace conmigo no es nada inocente...

Fin.

Ojala les haya gustado

Saludillos

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sábado, 26 de julio de 2014

Los Ojos que Embrujan; Capitulo 6

LOS OJOS QUE EMBRUJAN

Capitulo 6
Mi Enfermero Personal

Las clases transcurrían normales y yo no paraba de ‘chatear’ vía sms con Rei, uno a uno se me iban los minutos.

-¿Me prestas los apuntes de Matemáticas?- Me pregunto uno de los chicos.
-Vale...- No sacaba mi mirada de la pantalla de mi celular ni un segundo.
-¿Dónde están?- Me pregunto de nuevo.
-Segundo bolsillo- Seguí ‘chateando’ con Rei. Las horas pasaban y yo seguía mi conversación vía ‘sms’ con mi chico. Se me veía sonreír una y otra vez, Alexy se dio cuenta y se me acerco.

-Es él ¿verdad?- Me susurro al oído.
-Tú sabes- Le dije mientras me alejaba del grupo –Nos vemos luego chicos, voy a dar una vuelta- Los salude de lejos mientras corría a Rei quien estaba sentado en la moto esperándome.
-Tardaste mucho- Me dijo dándome el casco.
-No digas eso- Trataba de ser lo más varonil posible, aun estábamos en territorio escolar.
-¿Nos vamos?- Me pregunto poniéndose su casco.
-Vamos entonces- Me subí detrás suyo y me sostuve del ‘parrillero’, no podían verme abrazarlo si ambos éramos chicos. Puse mi mirada en Lysandro y esa mirada tan seria se estaba clavando sobre Rei, casi podía despedazarlo con los ojos, disimule cuando Rei encendió su moto y partimos; dos cuadras más tarde ya lo estaba abrazando. Condujo unos minutos más que parecían no terminar nunca; se estaciono en su casa.
-Ya llegamos, entremos primero aquí antes de presentarte a mis amigos ¿vale?- Se notaba un poco incomodo. Pase y justo en la sala de estar me cogió la mano haciéndome volver a estar cerca suyo -¿Puedo pedirte un favor?- Me miro a los ojos al hacerme esa pregunta.
-Por supuesto- Estaba embobada con sus ojos azules.
-Quisiera que vistas como una chica cuando estamos juntos, porque... sentía que estaba con un muchacho anoche y fue algo raro- Eso era lo que le incomodaba.
-Podría, pero... no quiero, no quiero recordar lo que paso, no de nuevo- Él debía entender porque vestía así.
-Vale, no pasa nada... me acostumbrare entonces- Me contesto sosteniéndome el rostro entre sus manos –Te quiero- Se me acerco, yo... yo enmudecí, siempre callaba al tenerlo así de cerca -¿Recuerdas nuestro primer beso?- Me beso la punta de la nariz y mi rostro comenzó a arder, aunque no podía decirle nada, mis ojos hablaban por mi –Repitámoslo- Acerco sus labios a los míos y les tomo en posesión, cerré mis ojos y le correspondí; lento y suave como la primera vez, dulce y cargado de deseo como ese primer instante en donde me dijo que le gustaba. Recordé tantos momentos lindos, momentos en donde el recuerdo de mi hermano intervino y mis lágrimas no pidieron permiso en aparecerse, recorrieron mis mejillas y mojaron sus dedos que me acariciaban dulcemente, lentamente separo sus labios de los míos –No llores, por favor- Comenzó a secar mis lagrimas con esa ternura que era propia de él, cuanto amaba a ese chico -¿Por qué lloras?- Me pregunto mientras calmaba mi tristeza.
-Mi hermano...- No podía decir nada más que ese par de palabras.
-Mírame- Me guio la vista a sus ojos, ese par de hermosos ojos azules que me seducían –No voy a dejarte sola, jamás voy a dejarte; no llores mas, recuerda que él nunca quiso que llorases- Me dio un beso para luego abrazarme, le correspondí mientras ocultaba mi rostro en su pecho; quería controlar mis lagrimas, pero, no podía. No sé por qué, pero, me cargo y antes de poder pedirle que me bajara, me dejo en su cama sin dejar de abrazarme; nos quedamos así unos largos minutos hasta que logre mantener la calma –Ya, no llores, no me gusta que te entristezcas- Me dio otro beso, Dios, ya quería que me quitase la ropa e hiciéramos lo mismo de la noche anterior.
-Va-vale- Tartamudeaba cuando estaba nerviosa y honestamente, tenerlo así me subía los nervios al máximo.
-Qué bonita eres- Eso me hizo sonreír. –Como me encanta cuando sonríes, me haces tan feliz con solo verte- Me beso, mas y mas intenso y... no sé en qué momento paso, pero, ya estábamos a mitad de ‘ya saben que’, sobre su cama. La puerta sonó y me tapo la boca, como yo estaba estilo ‘cachorrita’ sobre su cama y él sobre mi cuerpo, se le hizo muy fácil taparme la boca –No hagas ruido- Escuchar su voz cargada de lujuria en mi oído era demasiado para mí; su otra mano se poso en la mía y cruzo sus dedos con los míos, yo apretaba sus sabanas resistiendo a no hacer ruido cuando se movía dentro de mí. -¿No te duele?- Me pregunto evitando hacer ruido, sus hormonas tan descontroladas como las mías.
-...- Negué con la cabeza, no quería acabar ese momento con él, no quería que terminara. Se recostó de mi espalda y pasaba su mano por mi vientre; sus caricias sin igual, en mi piel como ninguno. Nadie me hacía sentir así, solo él. Tantas sensaciones mágicas que hacia despertar en mi, su piel era única, sus besos como nunca y todo él era perfecto. Lentamente comencé a sentir algo húmedo dentro de mí y me tapo la boca con más fuerza, casi estaba por gritar en un frenesí de hormonas. Mas apretaba las sabanas, mas susurros dulces a mi oído, cuanto lo amaba.

...

5:35pm
Estaba en mi cuarto de la residencia y no paraba de pensar en Rei, en cómo me había hecho sentir, en todo, en cuando casi entraron a su cuarto y nos encontraron a mitad de ‘ya saben qué’.

La puerta se abrió y me asome en la barandilla, el albino entraba al cuarto.

-Hola Lysandro- Le salude con una sonrisa, como siempre.
-Oh... hola Mark- Me respondió sin mucho interés.
-¿Estas molesto?- Estúpidamente le pregunte y me miro frunciendo levemente el ceño antes de irse a la ducha –Uy, que susceptible- Baje las escaleras para irme a ver a Alexy. Salí del cuarto un poco indecisa, camine por el pasillo y abrí la puerta del cuarto de Alexy y Armin.
-Únete al juego Mark- Alexy me jalo del brazo y me dio un mando.
-¿Juegas a los juegos de shooter?- Me pregunto Armin mientras equipaba a su jugador.
-Un poco- Respondí insegura.
-No importa, serás parte del equipo- Me abrazo Alexy emocionado.


De nuevo estaba en mi cama pensando en que cosas habían pasado durante el dia, Lysandro estaba abajo escribiendo o eso creo que hacía. Me quite los cascos para ver si aun estaba en la habitación.

-¿Todavía estas aquí?- Le pregunte sin moverme de la cama.
-...- No me respondió.
-Oye ¿Estás aquí?- Le pregunte de nuevo.
-...- Sin respuestas, me harte y salí de mi cama, baje las escaleras mi para mi sorpresa no estaba en la habitación. Revisé el lugar pero él no estaba ahí, salí del cuarto para saber en donde se encontraba. Camine por el pasillo hasta que una voz me saco de mi búsqueda.
-¡Mark debes venir conmigo!- Me gire y Alexy me cogió el brazo llevándome consigo al patio del colegio.
-¿De qué hablas?- Le pregunte y antes de que me diera la respuesta vi a quien buscaba, con la misma ‘Loli’ del otro dia.
-Oh... esto no estaba así... hace... un momento- Decía entre cortadamente Alexy, sentí su mirada sobre mí, pero, no podía gesticular una palabra... lo que veía no era algo que esperaba ver. Me gire dispuesta a irme -¿Estás bien?- Me pregunto Alexy.
-Si... estoy bien- Ni sabia con exactitud como me sentía, me dispuse a caminar, pero, termine corriendo y saliendo del colegio; corrí por la acera buscando la forma de alejarme del instituto a como diera lugar. No había una razón lógica de que hubiera hecho lo que hizo, no era su ética, no era de él jugar así, de Castiel podía esperarse, pero, no de Lysandro... ese no era él, eran sus celos. Seguí corriendo hasta que me detuve en el mismo bar donde me había llevado Rei, mire la puerta y después de pensarlo mucho decidí abrirla; todos ahí me vieron un poco ‘raro’, me sentí incomoda con cada paso que daba.

-¿Qué haces aquí?- Me pregunto uno de los que estaban en la barra.
-... B-busco a alguien- Mátenme, esa es la respuesta más idiota del mundo.
-Y ese alguien es Rei ¿verdad, niño?- Me respondió el mismo muchacho de la barra.
-...- Asentí con la cabeza; aquel ambiente era un poco aterrador.
-Si lo buscas, aquí no lo encontraras... además ¿No eres tu su amigo?, ese que tiene una hermana gemela- Bien, este se había tragado el cuento de que era un chico.
-Aja, ¿Por qué lo preguntas?- Creo que no debí de responder tan ‘Castiel’ en ese momento.
-Pregunto lo que quiero y tu respondes ¿entendido?- Me intentaba intimidar, pero, mi hermano jamás se dejaba intimidar así que estúpidamente decidí responder.
-Tú no eres quien para decirme que...-Sí, de un puñetazo en la nariz me tumbo al piso, eso no lo vi venir y me desoriento por completo.
-Así aprenderás a respetar, niñito- Se burlo de mí y escupió al piso, me contuve el dolor y me puse de pie.
-A eso le llamas golpear, idiota- Use el mismo tono burlón de Castiel y esa mirada ‘asesina’ que me dirigió me hizo saber que ese sería mi fin, pero, gracias a todo lo existente Rei entro por la puerta y detuvo al chico de que ejecutara mi prematuro fin.
-¡Detente de una vez!- Era la voz de Rei y me gire, jamás había agradecido tanto su presencia –Si te atreves a tocarla de nuevo, no la cuentas- Mi salvador, agradecí su intervención como nunca había agradecido algo.
-Espera... ¿Tocarla? ¿Acaso es una chica?- Oh Dios mío, esto se ponía cada vez peor. Mi ‘agresor’ me miro y se llevo ambas manos a la cara.
-Esto es una broma ¿cierto?- Nos miro a ambos –Dios... pudiste decirme que no eras Mark- No sabía que decir y Rei me miro acusándome con sus ojos.
-¿Qué?- Me hice la desentendida.
-No la toques o te juro que hasta aquí llegaste; ella es su gemela- Rei comprendió el GRAN malentendido.
-Perdóname ¿sí?- El que me había pegado, me miro apenado.
-Vale, not problem- Le dije con un falso acento ingles.
-Ven...- Rei me puso ambas manos en los hombros –Necesito curarte eso- Me dio un beso en el cuello antes de fulminar al otro con la mirada, nos giramos y me llevo hasta una puerta; la abrió y entramos, había una cama y... honestamente, pensé en que lo hiciésemos de nuevo.

-¿Cómo te sientes?- Me pregunto mientras comenzaba a curarme el ‘golpe’ de la nariz.
-Bi... ¡ay!- Me queje cuando presiono el algodón contra mi nariz a fin de secarme la sangre producto del golpe.
-Lo siento- Se disculpo y comenzó a hacerlo más suave, una de sus manos se abrió paso tras la cremallera de mis bermudas cuando mi atención estaba en sus ojos; sus dedos me rozaron y deje salir un mínimo sonido de mi boca sin darme cuenta. Él me miro y dejo el algodón en la repisa, cogió algo que parecía una ‘pomada’ entre sus dedos y comenzó a esparcirlo lentamente en mi nariz al ritmo de sus caricias en mi ‘zona prohibida’, era una forma rara de curarme, pero, era agradable... su ‘cura’ paso de eso a algo más, pero, se los contare en las paginas siguientes de mi diario jajaja

Ojala les haya gustado

Saludillos

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